Apesar de que luego en sala de prensa el propio Salmerón insistiera en que es necesario el control y la combinación en el centro del campo, el de ayer debe ser el punto de inflexión en una apuesta por jugar con tres «peloteros» en el centro del campo que ayer volvió a mostrarse baldía.

Y es que, por mucha calidad que puedan atesorar en sus botas, Sergio, Stevanovic y Mena no pueden coincidir en el centro del campo, porque al margen de que alguno debe jugar fuera de posición, se echa en falta verticalidad, intensidad y velocidad, al tiempo que obligan a Lacen a multiplicarse en tareas de destrucción, con el consiguiente riesgo de seguir acumulando tarjetas.

El fiasco de Ipurua debía haber servido para que el técnico albiazul equilibrara la medular pero el almeriense volvió a insistir en la idea puesta en práctica desde su llegada hasta que la situación se hizo insostenible. Igor Martínez, que se había quedado fuera de convocatorias sin delanteros, aprovechó la primera oportunidad de manera inmejorable. Que no haya que estar tan mal en la siguiente.