Miguel Sanz, presidente del Gobierno navarro y líder de UPN, y Elena Torres, secretaria general en funciones del PSN, escribieron ayer una nueva página de mucho peso en la colaboración histórica entre ambos partidos en Nafarroa. Prácticamente sin aviso previo, suscribieron ayer en la sede del Gobierno navarro el denominado Plan Navarra 2012, un documento por el que pactan más de 90 infraestructuras a desarrollar en los tres años que restan de legislatura.

El volumen económico del acuerdo es muy cuantioso. Asciende a 4.508 millones de euros, lo que supone más que todo un ejercicio presupuestario completo (el del presente año está fijado en 4.286 millones). En términos políticos, su significado no es menor: confirma que el PSN no sólo da a UPN-CDN la «estabilidad» prometida por Zapatero, sino que ésta va a abarcar toda la legislatura y que el PSN aparecerá en ella como partido coimpulsor de la acción de gobierno junto a los liderados por Miguel Sanz y José Andrés Burguete (que no estuvo en la fotografía). En el texto se cita incluso como precedente de este pacto «el acuerdo político que permitió la aprobación de los presupuestos de este año», y que en su momento el PSN presentó como algo sólo puntual.

El acuerdo ya había sido anticipado por Miguel Sanz en un desayuno de prensa en Madrid el pasado miércoles, pero se cerró ayer deprisa y corriendo después de la reunión celebrada por el Comité Regional del PSN el sábado en Cintruénigo, en la que la dirección del partido dio también el visto bueno a la moción de censura para desalojar a Nafarroa Bai y colocar a UPN en la Alcaldía de Barañain. La firma del pacto se hizo ayer sin que hubiera convocatoria previa la víspera, lo que hizo que muchos fotógrafos ni siquiera llegaran a tiempo de captar esta nueva foto histórica.

TAV contra la crisis

UPN y PSN presentan el pacto como una medida «de choque» contra la desaceleración económica que se anuncia. De hecho, lo definen como «plan anti-crisis». Sin embargo, muy por encima de las medidas sociales destaca el gasto de obras públicas, especialmente en dos terrenos controvertidos socialmente: el Tren de Alta Velocidad y el Canal de Navarra. Resultó significativo que en un momento de la comparecencia Elena Torres precisara que el pacto no implicará un recorte de gasto social.

En el caso del TAV, la firma de ayer supone el carpetazo a una larga polémica entre Iruñea y Madrid. A falta de la firma del convenio de financiación, en el acuerdo ya queda claro cómo se repartirán el gasto en los próximos tres años. Se definen cuatro partidas: 379 millones a cargo del Gobierno navarro, 216 para el Gobierno español, 130 a cargo de un consorcio que asumirá la infraestructura en Iruñerria, y los últimos 105 a cuenta del Acomodador de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF), también para gestionar el proyecto en la capital navarra.

Se pacta también dar impulso a otros proyectos polémicos, como el polígono industrial de Valdizarbe -destinado muy probablemente a acoger la Ciudad de la Carne rechazada por localidades vecinas-, el Plan del Pirineo o un nuevo pabellón polideportivo en Iruñea. Y se desblo- quean cuestiones que habían sido objeto de larga discrepancia entre las administraciones de Iruñea y Madrid, como la conexión final con Logroño de la llamada Autovía del Camino.

En un ámbito más social aparece el compromiso de construir 15.000 Viviendas de Protección Oficial. Pero la mayor parte se la llevan las ya citadas, y aparecen también obras en sedes judiciales, una nueva comisaría para la Policía Foral en Elizondo, reformas en iglesias...

Noviazgo Iruñea-Madrid

Sanz y Torres plantean que todas estas partidas son un buen método para combatir la crisis. El presidente navarro aseguró que el Plan Navarra 2012 «marca un hito histórico en Navarra y supone el mayor esfuerzo inversor y de transformación social de la historia de Navarra». Añadió que ha surgido «para hacer frente a la situación económica que preveemos para los próximos años, pero se convierte también en un plan que servirá para posicionar a Navarra como una sociedad preparada para afrontar el futuro con todas las garantías de éxito».

Su compañera de mesa, Elena Torres, afirmó por su parte que «fuimos los socialistas los que pedimos al Gobierno de Navarra que elaborara un plan de choque contra la desaceleración económica. Ahora tenemos un escudo potente frente a las dificultades que puedan venir».

El proyecto consagra también el noviazgo entre los ejecutivos de Sanz y Rodríguez Zapatero, que hace apenas un año aparecían radicalmente enfrentados con el proceso de negociación como principal campo de batalla. En el documento de ayer se lee que «el Gobierno de España puede y debe jugar un papel relevante que ambas partes reconocen. La estrecha cooperación entre los gobiernos de España y Navarra es objetivo prioritario y relevante».

En total, el Ejecutivo navarro aportará 1.947 millones de euros, las sociedades públicas asumirán 1.348, y los 1.212 restantes se acometerán «en cooperación Navarra-Estado». A éstos se les sumarían otros 440 que correrán a cargo de las entidades locales navarras.

Este paquete de gasto marcará los próximos presupuestos, ya que de ellos deberán retraerse 1.144 millones para las partidas pactadas. Otros 343 saldrán de la aplicación de los superávits de ejercicios anteriores, 439 se obtendrán mediante «peajes a la sombra», 751 con préstamos...

NaBai: «Clientelismo»

Desde Nafarroa Bai, Patxi Zabaleta se quejó de que el plan «es clientelista» y «sólo contenta a los constructores». Tildó la imagen de Sanz y Torres de «acto propagandístico» y actuación «precipitada», pero admitió un significado político de «símbolo de la cesión de PSN a UPN».

Así las cosas, el cabeza de lista de la coalición al Parlamento lamentó que el PSN «haya olvidado todas las promesas realizadas durante el pasado año» y «haya cedido ante UPN».