Ya se les ha chafado lo de Arrasate pero no se resignan. El editorialista de «El Correo Español» cargaba ayer las tintas contra quienes no le secundan al paso alegre de la paz o, por lo menos, no le siguen con su mismo fervor.

Según el escribiente de Vocento, «la decisión de Eusko Alkartasuna, socio del Gobierno de Juan José Ibarretxe, de apoyar la moción de censura en Mondragón contra la alcaldesa de ANV, pero desmarcándose del acuerdo para extender la iniciativa a los otros 15 ayuntamientos vascos que la formación abertzale dirige en minoría, constituye el último y lamentable episodio de desunión que viene lastrando la respuesta de las fuerzas democráticas». Ya empiezan a echarse los trastos a la cabeza los unos a los otros.

Y empieza, además, el reparto de culpas y condenas. «Lejos de contribuir a explicar su posición, la excepcionalidad que la propia EA atribuye a lo ocurrido en Mondragón trasmite un mensaje del todo reprobable sobre las consecuencias que han de tener los atentados de ETA para que los partidos reaccionen ante la connivencia o el silencio cómplice de los corporativos de ANV». Y más. Y peor: «Este planteamiento evasivo, unido a la titubeante actuación del PNV y a las incertidumbres que aún planean sobre el voto definitivo de los tres ediles de Ezker Batua, imprescindibles para que la moción de censura pueda prosperar en la localidad guipuzcoana, ha minado aún más la valiosa pedagogía social que habría supuesto una reacción inmediata y verdaderamente unitaria por parte de las fuerzas políticas vascas frente al regreso de ETA». Pues parece que lo tienen chungo. La «lección de pedagogía social» no parece que vaya a generar el cambio deseado. La terapia del palo no ha funcionado y por eso el pueblo de Arrasate le ha dado la makila a ANV.

Y no se libra ni siquiera su querido PNV: «la predisposición del PNV a procurar un nuevo entendimiento antiterrorista justificándola con la desafortunada expresión de que 'ETA va a zumbar' tropieza con las disensiones internas en el seno del partido pero, sobre todo, con inercias que desvirtúan el examen de Mondragón». Por si les quedaba alguna duda a los herederos de Imaz, ahora ellos son el mono de feria al que todos los medios afines al unionismo quieren «zumbar». Eso sí, tienen razón sobre el mal gusto de la expresión.

En resumen: su gozo, en un pozo.