El anuncio del Kremlin de reforzar su cooperación con Abjasia y Osetia del Sur provocó la cólera de Tbilissi, que acusó a Moscú de querer anexionarse estos territorios.

El presidente ruso, Vladimir Putin, emplazó a su Gobierno a «cooperar con las autoridades» de estos dos enclaves, en particular, en el ámbito económico. Según explicó el Ministerio ruso de Asuntos Exteriores, dicha cooperación permitirá «crear un mecanismo de defensa de los derechos, de las libertades e intereses de los ciudadanos rusos que viven Abjasia y Osetia del Sur». En estos últimos años, Moscú ha concedido pasaportes rusos a la población local.

Para el jefe de la diplomacia georgiana, David Bakradze, este anuncio «es una tentativa para legalizar la anexión de estas dos regiones georgianas» y supone «una violación de todas las leyes internacionales». Dejó claró que Georgia utilizará «todos los medios diplomáticos, políticos y legítimos para poner término a este proceso que desestabiliza la situación en la región». De hecho, tras el comunicado del Ministerio ruso, el presidente Mijail Saakachvili convocó una reunión extraordinaria del Consejo de Seguridad.

Independientes «de facto»

Tanto Abjasia como Osetia del Sur, limítrofes con Rusia, declararon unilateralmente su independencia inmediatamente después de la caída de la Unión Soviética. Hasta el momento, ningún país ha reconocido su independencia.

La decisión de Moscú fue acogida con satisfacción en ambos territorios, mientras que la UE y la OTAN expresaron su inquietud.