Israel respondió ayer con un nuevo ataque aéreo contra Gaza en el que murieron nueve palestinos, entre ellos dos niños, después de que tres soldados de su Ejército murieran en un enfrentamiento que mantuvieron con milicianos de las Brigadas Ezzedin al-Qassam, el brazo armado de Hamas, en el que también perecieron cuatro activistas del movimiento islamista.

El doctor Maawiya Hassanin, jefe de los servicios de urgencia de Gaza, aseguró que todos los muertos en el ataque aéreo contra el campo de refugiados de al-Bureij eran civiles. También se registraron 17 heridos.

Asimismo, el Estado sionista anunció «el aplazamiento del retorno del suministro de fuel» a la central eléctrica de Gaza, que fue suspendido como represalia a un ataque contra el puesto fronterizo de Nahal Oz, que también se saldó con la muerte de dos soldados israelíes.

El Ejército israelí comenzó su operativo al amanecer al este de la ciudad de Gaza, donde murieron los cuatro miembros de Hamas y los tres soldados israelíes.

Posteriormente, se produjo la represalia mediante ataque aéreo contra el campo de al-Bureij. En un segundo ataque aéreo, también en el entorno de este mismo campo, murieron otros tres palestinos, entre ellos Fadel Chanaa, periodista de la agencia británica Reuters.

Testigos presenciales señalaron que el vehículo en el que viajaba, que mostraba unas grandes letras TV en el techo, recibió el impacto de un misil-tierra aire israelí.

La milicia de las Brigadas Ezzedin al-Qassam compareció en rueda de prensa para destacar que la muerte de los tres soldados israelíes se produjo en el transcurso de una «sofisticada emboscada».

«Durante esta emboscada, dos grupos de ocho combatientes [palestinos] han tomado a las fuerzas sionistas entre dos fuegos antes de retirarse sanos y salvos», afirmó en Gaza el portavoz de la milicia islamista, Abú Obeida.

Salto cualitativo de Hamas

Durante estos enfrentamientos, los milicianos palestinos emplearon misiles anticarro RPG, según indicaron las Brigadas Ezzedin al-Qassam y confirmó el Ejército israelí, lo que supone un salto cualitativo importante en lo que se refiere al armamento empleado hasta el momento en Gaza por los palestinos.

«Cualquier soldado israelí que entre en Gaza tiene cuatro opciones. O muere, o cae prisionero, o padece una minusvalía permanente o vuelve con una enfermedad mental. En cualquier caso, ninguno de ellos retornará victorioso a casa», añadió Abú Obeida.

Otro miliciano palestino y tres más resultaron heridos en otro ataque aéreo en el norte de Gaza, según fuentes médicas palestinas y del Ejército sionista.

Entre los «objetivos» que atacó el Ejército israelí se encuentra el hospital Wafa'a, al este de la ciudad de Gaza, donde provocó daños en la planta baja, en el departamento de rayos X y en el laboratorio, según informó la gerencia del centro sanitario a la agencia Palestinian Information Center.

El ataque al hospital Wafa'a también dañó la red eléctrica, el suministro de agua y las líneas telefónicas, denunciaron los responsables del centro sanitario, que atiende a cientos de pacientes.

La Yihad Islámica, por su parte, reivindicó el lanzamiento de trece cohetes al-Qassam contra las ciudades israelíes de Sderot y Ashkelon.

Los ataques israelíes se han multiplicado en Gaza desde hace una semana como represalia por la operación llevada a cabo por tres grupos armados palestinos contra el puesto fronterizo de Nahal Oz.

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