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El partido colorado ve peligrar su hegemonía

«El cambio en Paraguay va a ser tranquilo, similar al de Lula en Brasil»

 
MARCELO LACHI
DOCTOR EN CIENCIAS POLÍTICAS

Marcelo Lachi es doctor en Ciencias Políticas, director del Centro de Estudios y Educación Popular Germinal y coordinador editorial de la revista «Novapolis».

Ante la nueva coyuntura regional, donde existen gobiernos con gran potencial revolucionario como Venezuela, Bolivia y Ecuador, y otros definidos por algunos analistas como moderadamente progresistas (Argentina, Brasil, Uruguay), ¿dónde se podría situar a Lugo?

Lo primero que hay que tener en cuenta es que a Lugo le apoya no sólo la izquierda sino el Partido Liberal, lo cual limita el margen del maniobra. Creo que será un gobierno sui generis, con orientación progresista, y posiblemente, en una primera fase, similar al Gobierno de Lula en Brasil. Va a ser, por tanto, un cambio tranquilo. Más adelante, si se agudiza la crisis del Partido Colorado, quizás puedan abrirse otros escenarios.

La hegemonía del Partido Colorado pudiera tener similitudes con la del PRI en México. ¿Qué factores han posibilitado el surgimiento de un escenario donde esa hegemonía pueda ser superada?

Lugo ha logrado romper la lógica Colorados versus Liberales, hasta ahora inamovible en el sistema político paraguayo, aprovechando las pugnas internas del Partido Colorado. Anteriormente, la oposición surgía en el interior del partido hegemónico, sustituyendo mandatarios sin desplazar al partido del poder. El presidente Nicanor Duarte, con una popularidad muy baja, impuso su candidata, Blanca Ovelar, obstaculizando el cambio en el seno de la tolda colorada.

Lugo afirma que la Reforma Agraria tendrá un papel fundamental en su programa de gobierno. Visto el peso progresivo del modelo sojero transgénico y del poder de las multinacionales, ¿con qué márgenes de transformación cuenta?

Es necesario precisar que la propuesta es muy limitada, ya que no piensa arrebatar tierra a los grandes propietarios, ni acabar con el modelo sojero, sino recuperar tierra del Estado enajenada. En primer lugar, plantea hacer un censo nacional para identificar a los propietarios legales de la tierra, y posteriormente comenzar a recuperar las propiedades del Estado. De cualquier manera, esto le va a llevar a enfrentarse con sectores oligárquicos que se apropiaron ilegalmente terrenos y, por tanto, se preveen conflictos.

Otra de sus promesas es renegociar los tratados hidroeléctricos con Brasil y Argentina. ¿Cómo se preveen estas negociaciones, vistas las dificultades de Evo Morales con la negociación de la venta de gas a estos dos mismos países?

La diferencia fundamental con Bolivia es que allí, todo el gas es boliviano, y aquí, en el caso de la presa de Itaipú, es propiedad compartida al 50% entre Brasil y Paraguay, porque se sitúa en un río común. Del 50% de producción que se queda Paraguay, un 45% es vendido a precios subsidiados a Brasil. Ahí es donde puede presionar Lugo para exigir un precio más acorde al mercado.

Uno de los problemas más sentidos por la sociedad paraguaya es la emigración. ¿Cuál es la gravedad actual de la situación?

Es un problema de gran trascendencia, producto de un crecimiento económico concentrador de la riqueza, que expulsa del campo a miles de trabajadores. Mientras en Asunción surgen centros comerciales de lujo para grupos minoritarios, madres de familia parten para Europa en busca de ingresos con los que apoyar a su familia. La desestructuración familiar es notable.

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