Lamia, la luz, la mirada y la piel de los Larruquert, cumple 25 años
Lamia, el colectivo fotográfico de la familia Larruquert, celebra su vigesimoquinto aniversario con «Larru hunkitua», una exposición inaugurada ayer en las salas Kutxa Boulevard de Donostia. Más de un centenar de imágenes constituyen la muestra, casi la mitad de las cuales están protagonizadas por Jorge Oteiza, «el hombre necesario».
Martin ANSO | DONOSTIA
Hace veinticinco años, Fernando Larruquert, para entonces curtido ya en mil batallas, entre ellas la que le llevó a rodar con Basterretxea la hoy mítica «Ama Lur», recibió de su hijo mayor, que estaba acabando la mili, una carta. «Quiero ser fotógrafo de pueblo -le decía-. ¿Por qué no hacemos un barco nuevo y nos metemos los cuatro de casa en él?». Ésta fue -según recordaba ayer Larruquert, emocionado- el acta fundacional de Lamia, colectivo constituido por él mismo, sus hijos, Fernan y Aitor, y su mujer Marilén, «quien prefiere permanecer en la sombra», pero siempre está ahí. «Formamos una familia, que es Lamia, y Lamia es nuestra familia. Cada fotografía que hace Lamia, la hace Lamia, y esto no es una redundancia. Todos somos autores de todas las imágenes, todos intervenimos en distinto grado en cada una», destacó Fernando Larruquert.
Para conmemorar el cuarto de siglo del colectivo, con la ayuda de amigos como Juantxo Egaña y Juan Luis Mendizabal, «Mendi», han seleccionado 132 fotografías y las han agrupado bajo el título «Larru hunkitua», «que juega con nuestro apellido y con el estremecimiento que sentimos en la piel al hacer las fotografías; así que puede decirse que en estas paredes está colgada una parte de nuestra piel», hizo notar Aitor. «Sentimos un enorme pudor -tomó el testigo su padre- al mostrarnos en público a través de esta exposición tal y como somos, ya que estamos convencidos de que la fotografía no sólo hace al fotógrafo, sino que lo retrata».
«Larru hunkitua» es «un muestrario» de los retratos, paisajes y reportajes de Lamia. El colectivo trabaja también otros géneros, como el bodegón o la publicidad, pero ésos no están reflejados en la exposición.
Las fotografías ocupan las tres plantas de las salas Boulevard. La central está dedicada íntegramente a Oteiza, «el hombre necesario», que el próximo 21 de octubre hubiese cumplido cien años. «No sé si ha sido un buen profesor, pero, desde luego, ha sido un maestro, un hombre que siempre anduvo inventando y soñando país», dijo Fernando Larruquert, quien fue su amigo y lo conoció a fondo.
El visitante hará bien en prestar atención a los títulos de las imágenes -en no pocos de los cuales la ironía y, en general, el humor ocupa un lugar destacado- y a los breves textos de Oteiza que las acompañan. Algunos los ha rescatado Larruquert directamente de sus conversaciones con el artista.
Retratos y paisajes
La planta superior de Boulevard está dedicada a los retratos. Entre ellos, los hay de estudio, pero, sobre todo, de personajes en su entorno natural, su taller, su cocina o su paisaje. Muchos de los retratados son conocidos, como Julio Caro, Mikel Laboa, Juan Gorriti, Francisco Escudero o Barandiaran, «quien, por cierto -comentó Larruquert-, así como Oteiza era estupendo, él era horroroso para las fotos». Otros muchos retratos, en cambio, pertenecen a personas anónimos, como un pastor amigo o una etxekoandre.
La planta baja de Boulevard está dedicada a fotos de reportaje, paisajes y hallazgos en el entorno inmediato, «chispazos que nos hacen pensar si lo que la Naturaleza ha hecho no es sino inesperado surrealismo».
«Zazpika» publicará mañana un extenso reportaje sobre Lamia y la exposición de su vigesimoquinto aniversario.
Título: «Larru hunkitua-La piel estremecida». Autor: Lamia.
Lugar: Salas Kutxa Boulevard.
Fechas: Del 18 de abril al 18 de mayo. Horario: De 11.30 a 13.30 y de 17.00 a 21.00, todos los días. Visitas guiadas gratuitas: Viernes, sábados y domingos, a las 18.30 (en euskara) y a las 19.30 (en castellano).