Dicen que tras la tempestad llega la calma y el Baskonia busca esa tranquilidad que necesita para preparar bien su asalto a la Final Four en Valladolid, donde le urge un triunfo para amarrar la cuarta plaza y, sobre todo, para calmar los nervios tras una semana complicada.

Está visto que a este Baskonia le va la marcha y algo tan preciado como una semana para entrenar sin partido enmedio ha sido desaprovechada por las polémicas declaraciones de McDonald, en las que puso en entredicho la capacidad y la fortaleza de Neven Spahija.

Su «rajada» le ha costado al estadounidense verse apartado del equipo para este partido, en el que el Baskonia tampoco podrá contar con Simas Jasaitis, lesionado en la cadera por un golpe recibido ante el Barcelona el sábado pasado.

Spahija, que dijo que la vuelta del pívot al equipo depende ahora del club, se mostró confiado en sus posibilidades pese a la desacreditación pública a la que se ha visto sometido. «Un entrenador y un equipo necesitan saber cómo se reacciona en esta tesitura. Yo nunca he visto una situación cómoda o tranquila en mi vida como técnico de Baloncesto. Como máximo dos o tres días, para luego volver otra vez a tener otro problema», explicó el croata.

En esta tesitura, el equipo deberá encontrar la forma de jugar con Tiago Splitter como único cinco y sacar adelante un partido ante un Valladolid con la salvación virtualmente conseguida que dio el susto en Zurbano.