El País Enrique Gil Calvo 2008/4/16
El declive de la izquierda
El resultado de las pasadas elecciones españolas ha sido interpretado como una victoria de la izquierda que desmiente la creciente derechización europea (...).
Pero ¿de verdad su victoria el 9-M supuso un triunfo de la izquierda? Así lo entienden los publicistas neocon de la derecha extrema, para quienes Zapatero ha sido reelegido por una coalición radical de rojos, republicanos y separatistas. Y, en efecto, si nos fijamos en los resultados electorales, lo cierto es que los votantes centristas o moderados han abandonado al PSOE para pasarse al PP, mientras que a cambio los más izquierdistas se han decantado por apoyar a Zapatero. (...)
[Zapatero] no se ha movido hacia la izquierda, pues su programa electoral continúa fijo en el centro del espectro, con guiños a la derecha (regalos fiscales, repatriación de inmigrantes) y ninguna concesión a la izquierda (renuncia a revisar la ley del aborto o la financiación de la iglesia). Es verdad que la nueva composición de su electorado parece proceder en mayor medida de la izquierda del espectro (...), en realidad, estos trasvases de votantes lo que revelan, como en el descubrimiento copernicano de la rotación de la Tierra, es un desplazamiento del electorado hacia la derecha (...).
Es el nuevo enrichissez-vous que ha convertido a los ciudadanos en competidores arribistas, liquidando su capital social y privatizando la sociedad civil. Y este desclasamiento se ha visto muy potenciado por la llamada globalización, que ha incrementado la flexibilidad laboral y la movilidad ocupacional impidiendo que se reconstruyan nuevos compromisos solidarios. Por el contrario, la llegada de trabajadores inmigrantes para ocupar los estratos inferiores de la pirámide ocupacional ha generado un sentimiento de rechazo entre los autóctonos que compiten con ellos por el acceso a los servicios públicos. (...)
Si en 1848 Marx podía decir que el miedo a los comunistas era el fantasma que recorría Europa, hoy ese fantasma es el de los inmigrantes: la nueva «clase peligrosa» que amenaza con dividir a la izquierda impulsándola a derechizarse. (...)