Los alemanes entrenaron a la Policía y guardia personal de Gaddafi
Un juicio contra once policías y militares alemanes en activo por sus trabajos no autorizados en Libia han destapado un bien cuidado capítulo de la política exterior: la ayuda policial a Muammar al-Gaddafi en los años 70 y 80. El Estado alemán intenta echar tierra sobre el asunto.
Ingo NIEBEL
Colonia
Una buena capa de polvo cubre aquellos libros, editados hace un cuarto de siglo en Alemania, que trataban el llamado «terrorismo» de entonces. En tiempos de la Guerra Fría Estados Unidos y sus vasallos europeos, organizados en la OTAN y Comunidad Europea, llevaban adelante su peculiar lucha contra el «terrorismo». Detrás de aquella violencia política los propagandistas occidentales veían la larga mano del servicio secreto soviético KGB, que dirigía a cualquier grupo armado de índole izquierdista.
El papel del malo malísimo, hoy día interpretado por el invisible Osama Bin Laden, lo encarnaba entonces el venezolano Ilich Ramírez Sánchez, «Carlos». Y si por alguna circunstancia no era posible responsabilizar a la Unión Soviética o a alguno de los estados socialistas en la Europa oriental de entonces, siempre quedaba el líder de la revolución libia, Muammar al-Gaddafi.
Para el periodista alemán Franz Wördemann, el jefe del Estado libio era uno de los «interesados terceros» que facilitaba armas y conocimientos a los guerrilleros palestinos e irlandeses. Así denominó al revolucionario en su libro «Terrorismus», publicado en 1979, en el que trataba los «motivos, autores, estrategias» de la violencia política de aquellos años. Y Claire Sterling llamó a Gaddafi, el «Santa Claus del terrorismo internacional» en su libro «La red internacional del terror». La obra apareció en 1981, primero en EEUU y dos años más tarde en Alemania. La línea general sostenía el anticomunismo del presidente republicano Ronald Reagan y comulgaba con las intenciones de su Agencia Central de Inteligencia (CIA). Por eso no extraña que Sterling cite a un alto responsable de la diplomacia estadounidense cuando dice que «los libios han aprovisionado prácticamente a cada grupo en el mundo con dinero, entrenamiento y en algunos casos también con armas».
Compartiendo hotel
Para completar esa imagen se puede añadir que desde la caída de la socialista República Democrática Alemana (RDA) se sabe que 24 especialistas del Ministerio de Seguridad del Estado (MfS) entrenaban a los policías y guardias personales del líder libio entre 1977 y 1978. Lo que no cabe en el dibujo es que en aquellos tiempos compartían el hotel con sus colegas policías y agentes -y enemigos ideológicos- de la capitalista República Federal de Alemania. Este extremo lo acaba de confirmar un comandante del MfS, que ha preferido mantenerse el anonimato, al diario izquierdista «Junge Welt».
El interés por esta cuestión ha surgido a raíz del juicio contra una docena de policías de élite que se celebra estos días en Alemania. Los agentes son acusados de haber entrenado en Libia a la Policía de Gaddafi entre 2005 y 2007. Al parecer, lo hicieron en sus vacaciones y sin autorización de sus superiores, y fueron contratados por un ex policía y agente alemán que, desde Londres, dirige una empresa especializada en materia de seguridad. Por sus servicios, los funcionarios cobraron varios miles de euros. Además de por no haber declarado este «trabajo extraoficial», la Fiscalía les acusa por haber empleado material didáctico calificado como «secreto profesional» en sus cursillos.
Este caso judicial ha dado lugar a varias investigaciones periodísticas. Se descubrió a un ex comandante de los paracaidistas de la RFA que sirvió a Gaddafi - junto a otros doce alemanes- entre 1978 y 1983, en este caso con beneplácito del Gobierno de Bonn y del servicio secreto exterior, el BND.
El Ejecutivo de Angela Merkel ha negado tener conocimiento del caso actual. Sin embargo, el ex presidente del BND August Hanning ha confirmado un encuentro, en junio de 2006, con el hijo de Gaddafi, Saif al Islam, en el que «no se trataron asuntos policiales».
Los agentes de élite acusados de haber entrenado a la Policía de Gaddafi entre 2005 y 2007 lo hicieron, al parecer, en sus vacaciones y sin autorización de sus superiores.