Raimundo Fitero
¿Por qué será?
Una serie que triunfa en las pantallas globales se titula «I love Benidorm», es de producción británica, y como se puede colegir, se trata de un panegírico sobre la vida en ese lugar superpoblado de la costa mediterránea tan frecuentada por nuestros paisanos como para tener allí un batzoki que funciona a las mil maravillas. Por lo tanto, es muy posible que pronto la veamos en horario de gran audiencia en nuestra inefable fábrica de pesadillas y catapulta de políticos orgánicos, el gran batzoki audiovisual, que se conoce como EITB.
El alcalde de Bilbao, el durangués Iñaki Azkuna, en una de sus comparecencias mediáticas diarias, tras su ración obligatoria de españolismo y peineta, de ataque a todo lo que huela a independentista o asimilado, va y dice que «por culpa de un chorizo no se puede mancillar el nombre del Guggenheim». No mancillamos, pero nos preguntamos: ¿por qué será que en todo aquello que está controlado por el PNV aparece el desfalco, la comisión arbitraria o el enriquecimiento desmesurado de uno o varios responsables? ¿No será que en el entorno, o en el propio centro neurálgico de esa maquinaria de poder hay excesiva tendencia a la chacinería?
A nadie le cabe la menor duda de que la inflación escandalosa que se ejerce sobre todo lo que se ponga alegremente y sin excesivo rigor bajo la etiqueta de arte contemporáneo, es algo realizado en convivencia entre los marchantes, los intermediarios y los responsables de compras de esos edificios que se han ido convirtiendo en emblemas de las mismas ciudades que los acogen, y sabemos que en todos los museos, de corte internacional, se han detectado desvíos, desmesuras, desajustes y sospechas y el que se coloca como foco arquitectónico y gastronómico de la modernidad vasca en clave turística y de manera muy subordinada como mínimamente cultural, no puede ser una excepción. Y no lo puede ser porque, además, es algo nacido estratégicamente desde la caverna del poder, es decir que hay que buscar los criaderos de los cuadros que manejan los presupuestos de todos los organismos públicos en Sabin Etxea. Alguien puede decirme ¿a dónde van las comisiones?