El Eibar se acerca a la pancarta de meta. Sólo una victoria le separa del final del camino que inició el pasado mes de agosto, cuando regresaba a Segunda con el objetivo de mantenerse en la categoría.

La temporada, sin embargo, no habrá acabado para los azulgranas, a los que, en caso de superar al Castellón, aguardan ocho semanas con otra carrera mucho más tranquila y quién sabe si también más gratificante. En el peor de los casos, el cuadro eibarrés aplazará algunos días la consecución matemática de la permanencia; en el mejor, no sólo habrá cruzado esa frontera hoy mismo, sino que acabará la jornada en la sexta plaza y a sólo tres puntos de los puestos de ascenso.

En el equipo, lógicamente, se plantan en la satisfacción por lo que supondría alcanzar los 49 puntos a ocho jornadas de que acabe la temporada. No quieren alentar expectativas que, en el caso probable de no cumplirse, pudieran traducirse en junio en cierto sentimiento de desilusión, totalmente injusto con el papel, sin duda exitoso, que ya ha firmado. «Conseguir la permanencia y después, disfrutar e intentar acabar lo más arriba posible». Ese es el único discurso que puede oirse en Ipurua.

Para que la primera parte de la frase se cumpla, los azulgranas deben superar hoy a un Castellón que, pese a su irregularidad, no se ha desenganchado aún de la pelea por el ascenso. Aunque, con sólo un punto más que los armeros, tampoco ha certificado aún la permanencia, con lo que llega a Ipurua en una tesitura similar a la de su rival.

No es el único parecido entre ambos equipos, que sustentan su buena posición en la tabla en sus actuaciones como locales. Ninguno de los dos se está luciendo, por contra, a domicilio; sobre todo los blanquinegros, que han sumando incluso unpunto menos que el Eibar lejos de su estadio.

Bajas y cambios

Pepe Murcia, además, tendrá que hacer frente a cuatro bajas importantes, las de Reggi, Ibon -lesionados-, Aurelio y Baigorri -sancionados-, lo que le complica las cosas, sobre todo en defensa. La solución del técnico castellonense pasará, en principio, por situar a Pepe Mora en el eje de la zaga y a Pedro Hernández en el lateral zurdo.

Menos problemas tiene, en ese sentido, Javier Mandiola, que sólo cuenta con las bajas de Alaña y Etxabe, aunque Codina y Del Olmo siguen entre algodones por sus problemas musculares. De todos modos, es más que probable que ambos jugadores partan en el equipo titular, que volverá a presentar una defensa con cuatro hombres.

Biel Medina y Lombraña, sancionados la semana pasada, recuperarán plaza en el once inicial, al igual que Asier Goiria, que regresará a la punta de ataque, en detrimento de Yagüe.