Un triunfo aplastante. Eso era lo que necesitaba el Baskonia para olvidarse de todos los asuntos extradeportivos que han surgido durante la última semana. Se necesitaba un golpe de efecto y una ingesta moral de buen baloncesto. Y así fue. El Tau Cerámica salió con la intención de sentenciar el partido desde el inicio a base de un juego duro y el Capitol facilitó mucho el trabajo al Baskonia.

Cuestión de actitud

El Baskonia salió con las ideas claras, pero unos despistes al inicio del encuentro volvieron a recordar viejos fantasmas. Todo se arregló en el segundo cuarto, con un Pete Mickael electrizante y un Teletovic que tomaba las decisiones adecuadas. Así se llegaba con 17 puntos de diferencia al descanso.

El Grupo Capitol Valladolid jugó sin garra. Y eso es algo preocupante, teniendo en cuenta que aún les queda un triunfo para asegurarse la permanencia. Los únicos ramalazos llegaban de manos de Joseph Gomis y Óscar Yebra que no conseguían contagiar a sus compañeros de la intensidad necesaria para afrontar estos partidos.

Una de las claves del triunfo fue el equilibrio entre el juego interior y exterior. Muchos achacaban al equipo el abuso de los tiros exteriores. Pero ayer el Baskonia jugó con la chispa que le faltó en los últimos partidos. Hubo menos triples de los habituales, Mickael volvió a ser ese jugador que encara y que encesta, Singleton aportó más que en días anteriores, y los bases se centraron en dar asistencias y hacer jugar a sus compañeros.

Había miedo a que los gasteiztarras bajaran el pistón al final del encuentro, pero no fue así. Spahija se encargó de que la intensidad no descendiera en el último cuarto. Al final del partido 6 jugadores con 10 ó más puntos. Gran partido. Y lo negro vuelve a verse claro.