PORTLAND 29

BARCELONA 31

CIUDAD REAL 34

ARRATE 31

Aunque la lógica decía que tanto el Barcelona como el Ciudad Real eran superiores a Portland y Arrate, respectivamente, la parte soñadora de todos los aficionados vascos al balonmano se resistía a tan frío análisis. Finalmente, los pronósticos acabaron por cumplirse y ninguno de los dos equipos vascos jugará hoy la final de la Copa de balonmano. Seguramente no servirá de consuelo, pero tanto en Iruñea como en Eibar pueden estar satisfechos con la buena imagen ofrecida por sus equipos.

Portland fue el primero en saltar a la pista. Y a los de Cabanas les pesó en demasía la lesión de Ivano Balic en el minuto 52, cuando el marcador mostraba un apretado 22-23 a favor del conjunto azulgrana y todo el pescado estaba por vender.

El partido comenzó con un Barcelona muy concentrado, tanto en defensa como en ataque, que no tardó en ponerse por delante en el marcador, pero el equipo navarro reaccionó con rapidez y la igualada fue la característica principal de los primeros 30 minutos de juego, que concluyeron 12-13.

Los primeros minutos de la segunda mitad fueron un calco de lo que sucedió en el arranque del partido. El Barcelona, sólido en defensa y efectivo en ataque, marcó el ritmo del juego y se mantuvo por delante hasta el pitido final.

Portland no tiró la toalla en ningún momento y luchó con tesón para remontar, pero al final acabó por pagar el esfuerzo extra de tener que ir a remolque y acusó las pocas rotaciones que pudo hacer al final Cabanas.

Arrate, tampoco

Poco después, fueron los hombres de Viktor Debre quienes salieron a la pista dispuestos a dar la campanada frente al todopoderoso Ciudad Real, que jugará la final de la Champions, y en esta ocasión, David, tampoco pudo con Goliat.

El equipo manchego, claro favorito, fue siempre por delante en el marcador y ya en el descanso gozaba de una ventaja de cuatro goles. Laen y Rutenka fusilaron sin piedad la portería de Malumbres. Tras la reanudación, el Ciudad Real siguió imponiendo su ley ante un Arrate pundonoroso, que nunca se dio por vencido y obligó al rival a mantener la concentración hasta el pitido final.

Arrate derrochó coraje y mediado el segundo tiempo estaba a sólo dos goles en el marcador (26-24, m.46), pero le faltaron fuerzas para alcanzar a un adversario más poderoso que, sin embargo, tuvo que dar lo mejor de sí mismo para no dejarse sorprender.

Hoy, a partir de las 18.00 horas, el Ciudad Real disputará el partido por el título frente al Barcelona.

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