El conjunto blanquiazul aguó con un buen partido la fiesta a un Málaga que queda a cinco puntos a falta de siete jornadas
El carácter devuelve la esperanza
Dos acciones de estrategia materializadas por jugadores de la casta de Labaka y Gari Uranga permiten estar hoy en zona de ascenso
Joseba ITURRIA | DONOSTIA
La Real logró una victoria vital que le permitió dormir ayer en puestos de ascenso, acercarse a cinco puntos del Málaga y, con el average a favor, meter presión a Sporting, Elche y Castellón para sus encuentros de hoy. Era un partido clave y los jugadores realistas volvieron a demostrar que los guipuzcoanos estamos en buenas manos cuando dependemos de ellos a pesar de lo que pasa en el club.
Lillo corrigió su error de planteamiento ante el Nàstic, al recuperar las dos bandas. Además cuando se juega una final sale a relucir la casta y la unión de un colectivo y eso, sobre todo, se vio en un primer tiempo dominado por un equipo que volvió a jugar con la camiseta negra y antracita que tanta suerte le ha dado esta temporada, bastante más que la amarilla y verde.
Destacó la actitud y carácter para afrontar un partido vital. Una actitud que se reflejó desde el primer minuto y, especialmente, en las acciones de estrategia, en las que sale a relucir la predisposición de los jugadores.
Se habla mucho de calidad técnica, pero la estrategia es la faceta que decide buena parte de los partidos en Segunda. Así, muchos discuten la titularidad de jugadores como Labaka o Garitano pese a ser de los mejores en los últimos partidos. Pero son, además de referentes positivos en el vestuario, los jugadores más importantes en la defensa y ataque de las acciones a balón parado. Así, el vizcaino -parece que nadie recuerda que lleva tres goles esta temporada en estrategia- pudo marcar en el minuto 9 en un remate franco poco antes de que el azpeitiarra lo hiciera en una falta. Labaka remató otro corner al poste y en el primero del partido Gerardo estuvo a punto de sorprender a Goitia. Y es que el resultado al descanso se quedó muy corto porque Díaz de Zerio tuvo otras dos ocasiones, una clara.
El partido llevaba una dinámica tan negativa para los locales que Muñiz se vio obligado a la media hora a dar entrada a Salva en lugar de Apoño. Pese al cambio, la mejor opción del último cuarto de hora del primer tiempo la tuvo Nacho, que estuvo lento, y cuando se inició el segundo el técnico local agotó ya sus tres cambios, el tercero forzado por la lesión de Rossato.
Capacidad de sufrimiento
Por los cambios, o por la lógica inercia del que tiene que buscar el empate y el que debe defender su ventaja, el partido cambió en la segunda parte. El Málaga apretó más, pero la Real supo sufrir y mantener su portería a cero e incluso consiguió ampliar su ventaja. Pudo hacerlo en un remate de Delibasic, pero el sufrimiento acabó cuando Gari sentenció en una nueva demostración de que el carácter es más importante que la calidad en el golpeo para ser competitivo. Jugadores discutidos como Gari, Labaka, Garitano o Delibasic evidenciaron que en estos momentos hay que apelar a esas virtudes intangibles que salen a relucir sobre todo en esas jugadas de estrategia que otros fines de semana perjudicaban a la Real y que ayer le permitieron dormir en zona de ascenso.
Juanma Lillo rechazó que el Málaga pueda quedarse sin ascenso tras la derrota de ayer: «Si no les metéis los periodistas un poco de presión por debajo del vestuario, tiene un equipazo y sabe a lo que juega y tiene que pasar una hecatombe para que no suba. Si se les deja tranquilos, éstos están ascendidos en poco tiempo».
En su análisis del partido destacó que «sobre todo en la primera mitad, el equipo se ha manifestado superior y podíamos haber ido al descanso con un resultado más evidente. Han tenido el primer corner muy tarde y su primera situación de gol mediada la segunda mitad. En el comienzo del partido tuvimos varias ocasiones seguidas y claras y hubiese sido otro partido, aunque en el segundo tiempo hemos tenido espacios para hacer contras sin culminarlas y hemos hecho los dos goles a balón parado».
Se mostró molesto porque recibió el impacto de un objeto y feliz porque el equipo supo marcar goles en jugadas de estrategia: «Trabajamos todo lo que podemos y la verdad es que han salido bien. Es el primer equipo con el que jugamos que marcó al hombre. Los otros tres lo hicieron en zona y esto te permite hacer otras cosas».
También se alegró de que el equipo muestre una seguridad defensiva. «Llevamos dos partidos a cero y sin que te lleguen. Desde que estoy hemos recibido dos goles a balón parado y no hemos vivido grandes urgencias y eso es un valor del equipo. Esas cosas ya las teníamos, pero no eran tan visibles por el tipo de partidos que eran los anteriores. Esta vez al haber llegado con más frescura de atrás adelante destaca más. No me gusta que hayamos negociado con el resultado en la segunda mitad, me hubiera gustado que el partido estuviera más donde nosotros queríamos, pero íbamos ganando, los estados de angustia los viven los jugadores y cada uno juega en función de su angustia».
Gari destacó que «ha sido un gran partido. Es una pena que en casa no juguemos así. Hemos sido superiores al Málaga y nos llevan cinco puntos. Mi gol llegó en un momento en el que no pasábamos demasiados apuros. Ha sido una falta lejana, la he pegado con fe y he tenido la suerte de que entró y estoy muy contento porque ha dado tranquilidad al equipo para los últimos minutos y con estos tres puntos metemos presión al Sporting».
Labaka estaba feliz por su gol y apenado porque «el remate que se me fue al poste lo veía dentro. Lo más importante era puntuar, sumar los tres puntos. Ganar en casa del Málaga te da un poco más de moral».
GARA