30 Aniversario de Herri Batasuna
Durango, 26 de abril: Lakua intenta dejar sin voz a la izquierda abertzale
La Policía autonómica cargó, golpeó, reprimió y hasta llegó a tapar la boca a un representante de la izquierda abertzale ayer en Durango para impedir que el movimiento independentista trasladara su mensaje a la sociedad vasca.
Manex ALTUNA | DURANGO
Los agentes de la Policía autonómica se emplearon ayer a fondo para impedir el acto que pretendía realizar la izquierda abertzale en Durango para recordar el 30 aniversario del nacimiento de Herri Batasuna y tapar el mensaje que el movimiento independentista quería trasladar a la sociedad vasca.
Sin esperar a la Audiencia Nacional, fue la propia consejería de Interior de Lakua, encabezada por Javier Balz,a la que vetó el acto a celebrar en Landako y también una manifestación. El magistrado del tribunal especial, Fernando Andreu, manifestó por la mañana que tras la actuación del Gobierno de Gasteiz ni tan siquiera tenía que tomar cartas en el asunto.
El impulso represivo de Balza fue correspondido con un gran despliegue policial en las calles de Durango. Pocos minutos antes de las 17.00 hizo acto de presencia el primer furgón en las inmediaciones de la feria de muestras de Landako y varios ertzainas se colocaron frente a las personas que disfrutaban de la tarde soleada y esperaban a que comenzara la convocatoria en los aledaños del Kafe Antzokia. A los diez minutos aparecieron dos nuevos furgones más y, en esta ocasión, los agentes se bajaron de ellos para amedrentar a los que se iban acercando a los aledaños de Landako posando con sus armas. Al de poco llegaba el contingente policial al completo, con otras seis brigadas móviles, por lo menos.
La Policía autonómica obligó a abrir el maletero del coche a dos jóvenes que aparcaron el vehículo en las inmediaciones de dónde estaban desplegados y, a las 17.30 en punto, un par de agentes se dirigieron al interior del Kafe Antzokia en busca de representantes de la izquierda abertzale.
Militantes históricos del independentismo como Tasio Erkizia, Itziar Aizpurua, Anjel Alcalde y Txomin Ziluaga fueron obligados a identificarse y entablaron una negociación con la Policía autonómica. Iñaki Olalde, Julen Aginako, Itziar Lopategi y Kepa Bereziartua también se acercaron, pero las conversaciones no fructificaron al insistir los ertzainas que estaba prohibido el acto y que no iban a permitir que se celebrara.
Tapan la boca a Olalde
Los representantes del movimiento independentista optaron por valorar lo ocurrido ante los medios de comunicación y Olalde denunció que el PNV se ha «adelantado» al PSOE y al Gobierno español para prohibir el 30 aniversario de Herri Batasuna. A su juicio, la formación jeltzale «quiere dejar claro ante Madrid que está dispuesto a hacer de criado y preparar el camino para repetir el fraude político de hace treinta años». «Un día gritan Gora Euskadi Askatuta! y al siguiente profundizan en la estrategia represiva impulsada por el PSOE», añadió en alusión al PNV.
El portavoz independentista pudo terminar su declaración íntegra en euskara, sin embargo, cuando comenzó a pronunciarla en castellano los agentes le exigieron que se callara. Olalde estaba explicando que la izquierda abertzale pretendía trasladar en el acto de ayer a la sociedad vasca que cuenta con la propuesta de marco democrático para solucionar el conflicto político y crear un escenario de paz, sin embargo, en ese instante un agente se abalanzó sobre el representante abertzale y le tapó la boca.
Acto seguido, la Policía autonómica advirtió desde un altavoz que la movilización era ilegal y que los cientos de personas allí congregadas debían dispersarse. La respuesta a la amenaza de los agentes fue darse media vuelta e iniciar una manifestación por las calles de Durango.
Manifestación reprimida
Numerosas personas secundaron la marcha, que estaba encabezada por una pancarta en la que se podía leer el lema de la conmemoración de los 30 años de la fundación de Herri Batasuna, y en la que se gritaron consignas contra el PNV, el PSOE y a favor de la independencia.
La Policía municipal cortó el tráfico para que transcurriera la movilización, pero cuando la cabeza de la manifestación se acercó al paso a nivel que hace falta cruzar para adentrarse en el Casco Viejo de la localidad se encontró con un muro de agentes armados. Los manifestantes detuvieron la marcha y comenzaron a entonar el «Eusko Gudariak» con el puño en alto y en ese momento, los ertzainas salieron corriendo detrás de ellos.
Por lo menos dos personas fueron detenidas tras la primera carga y la movilización se rompió al reproducirse las cargas en calles adyacentes. Sin embargo, muchos de los participantes consiguieron saltar el cerco policial y llegar a la plaza de Santa Ana, dónde se consiguió celebrar el acto político.
Olalde volvió a tomar la palabra en las escalinatas de la iglesia del Casco Viejo y arropado por Itziar Aizpurua, Txutxi Ariznabarreta y otros representantes del movimiento independentista, señaló que las mociones «éticas» presentadas por el tándem PNV-PSOE son un «sarcasmo» tras enviar los jeltzales «a su brazo armado» a impedir el acto de Landako o una rueda de prensa a tiros la semana pasada en Orereta.
Además, criticó que estas dos formaciones «legitiman la tortura, el encarcelamiento de portavoces políticos y el sistema judicial».
El representante independentista manifestó que al igual que hace treinta años «vendieron Euskal Herria por un plato de lentejas», el PNV pretende realizar junto al PSOE un «nuevo fraude», y necesitan debilitar a la izquierda abertzale.
En este sentido, trajo a colación las declaraciones del diputado general de Bizkaia, José Luis Bilbao, y el presidente del EBB, Iñigo Urkullu, en los últimos días, haciendo referencia a sus intenciones de pactar con el PSOE, y les advirtió de que el «proyecto regionalista está acabado como se ha comprobado en las últimas elecciones».
Por ello, Olalde emplazó a EA, EB y Aralar a que reflexionen si quieren seguir siendo «marionetas» del PNV o apuestan por un «verdadero cambio político como el que está demandando la mayoría de la sociedad».
Carga al finalizar el acto
En la presentación del acto resaltaron que el PNV tiene «miedo» al mensaje de la izquierda abertzale porque en los últimos 30 años ha demostrado su «compromiso con la independencia y con la creación de un marco democrático para solucionar el conflicto».
Recordando unas declaraciones de Jon Idigoras en las que señaló que si HB no hubiera existido se tendría que haber inventado, aseguró que el político de Zornotza, fallecido en junio de 2005, representa el carácter de la izquierda abertzale: «tercos como somos los vascos en nuestros objetivos políticos y toreros porque casi siempre cogemos al toro por los cuernos, otras veces le toreamos, pero por desgracia recibimos muchas veces cornadas dolorosas».
La Policía autonómica siguió las intervenciones desde al lado de la plaza. Sin embargo, cuando el acto estaba llegando a su fin al comenzar a cantar los asistentes «La Internacional», un agente cogió el micrófono y dijo que ya se había terminado. Poco después, una dotación de beltzas entraba en la plaza y la emprendía a porrazos contra los presentes provocando varios heridos.
Pese a que fue Lakua la que impulso la prohibición, el portavoz de EA, Mikel Irujo, consideró «una Garzonada más» el veto a la izquierda abertzale y aseguró que «todo el mundo tiene que tener derecho a reunirse o celebrar aniversarios».
El representante independentista, Iñaki Olalde, emplazó a EA, EB y Aralar a «reflexionar si quieren ser marionetas del PNV o apuestan por un verdadero cambio político» en Euskal Herria junto a la izquierda abertzale.
Al menos 13 personas fueron arrestadas por la Policía autonómica y trasladadas a comisaría. Tres de ellos fueron detenidos en un bar al entrar los agentes y, tras identificar a los presentes, arrestarlos por no ser de Durango.
Askatasuna informó de que por lo menos cuatro personas de avanzada edad resultaron heridas tras las cargas de la Ertzaintza. Una de ellas fue trasladada al hospital de Basurto al tener el cuerpo lleno de golpes.
El organismo antirrepresivo preguntó al lehendakari, Juan José Ibarretxe, si cree que va a conseguir la paz golpeando y deteniendo a los que no piensan como él.
Numerosas personas acudieron a Durango por encima de las prohibiciones y las cargas policiales, dejando en evidencia una vez más como resaltaron en el acto político que la izquierda abertzale es un movimiento político «enraizado».