El actor Alfredo Landa, «un cómico que ha llevado con orgullo el nombre de Navarra», fue designado ayer como ganador del Premio Príncipe de Viana de la Cultura 2008, el galardón anual que se entrega en un acto solemne en Leire presidido por el Príncipe de Asturias.

Tras conocer la noticia, el actor se mostró «tan exultante y tan lleno de gratitud» que aseguró que «vale la pena haber nacido, y, sobre todo, haber nacido en Pamplona» para recibir este reconocimiento. Landa se convierte en el primer actor que recibe este galardón, que le será entregado previsiblemente en el mes de junio.

El actor, nacido en la céntrica calle San Antón de Iruñea en 1933, indicó que, por el momento, este reconocimiento «es el que más ilusión» le ha hecho de su trayectoria profesional, que ha estado glosada, entre otros galardones por dos Premios Goya al mejor actor y un Goya de Honor. «Yo he presumido, por nacencia, de navarro. Quiero a Navarra con toda mi alma, y que Navarra me premie con semejante premio es algo que no lo concibo. Me parece maravilloso», reiteró. «Tanto honor no me lo esperaba, porque sería como una especie de pretensión loca por mi parte, pero me ha llenado de tanta satisfacción y de tanto orgullo que estoy exultante», dijo

La designación, decidida poco antes por el Consejo Navarro de Cultura, fue dada a conocer por el consejero de Cultura y Turismo, Juan Ramón Corpas, quien en conferencia de prensa ayer al mediodía valoró el «gran respaldo» otorgado a la candidatura de Landa por parte del Consejo, si bien declinó informar sobre las votaciones. La candidatura de Landa, que había sido presentada por el Ateneo Navarro-Nafar Atenoa, competía con las defendidas en favor de Miguel de la Quadra Salcedo y Gayarre, Juan Huarte Beaumont, Juan José Martinena Ruiz, el padre Luis Bacáicoa Martich y el padre Jesús María Muneta Martinez de Morentin.

Orgullo navarro

Alfredo Landa, quien anunció su retirada del cine tras su última película, «Luz de Domingo», dirigida por José Luis Garci, comentó que llegó un momento en el que ya no sentía «algo tan importante como es la pasión que debe tener el actor para interpretar, y yo descubrí que la había perdido». No obstante, destacó que está «encantado» de haberse retirado de la profesión, porque ahora podrá «ir un poquico más» a Iruñea y «disfrutar de mis amigos» de la sociedad gastronómica Napardi, que le premió con su «Gallico de Oro» en 1986.

Landa declaró que se siente querido por su tierra «porque yo quiero a Navarra» y afirmó que el que le hayan concedido éste galardón cultural es «maravilloso, algo por lo que merece la pena haber nacido».

«Yo siempre he puesto por delante la denominación de navarro, que yo la tengo y la he exigido siempre, porque lo soy, por el orgullo y la consideración que supone ser navarro, que es mucho», destacó el actor.

Sin talento ni gracia

En declaraciones a varias agencias, Alfredo Landa lamentó la «recesión» que a su juicio atraviesa el cine español, donde el número de espectadores de películas ha bajado en unos cinco millones. «Es cierto que la calidad de las últimas películas españolas es baja», aseguró, añadiendo que «tenemos una recesión», motivada por «la absoluta falta de talento del sector». El actor subrayó que se ha «perdido la gracia», porque ahora «nos hemos dejado llevar por los modos, los tonos que se han impuesto en términos generales, y ahí no tenemos nada que hacer».