Entrada triunfal de la derecha en el Parlamento italiano
La derecha hizo ayer su entrada triunfal en el Parlamento italiano, que inauguró la nueva legislatura con el nombramiento de Renato Schifani, de Forza Italia y uno de los más cercanos colaboradores de Silvio Berlusconi, como presidente del Senado. A la sesión acudió también el próximo alcalde de Roma, el ultraderechista Gianni Alemanno, recibido con aplausos.
GARA | ROMA
La decimosexta legislatura italiana quedó oficialmente abierta con la primera reunión de la Cámara de los Diputados y del Senado después del éxito de la ultraderecha tanto en el Gobierno como en Roma, lo que ha convertido a Silvio Berlusconi, el próximo jefe de Estado, en el «hombre más feliz de Italia».
El nuevo alcalde de la capital italiana y también diputado, Gianni Alemanno, fue recibido con aplausos a su llegada a la Cámara y acto seguido se entrevistó con Berlusconi, presente en el hemiciclo. «La suya es una victoria histórica que completa nuestro éxito del 13 y 14 de abril», subrayó el líder del Pueblo de la Libertad (PdL), que logró la mayoría absoluta en el Congreso y el Senado gracias a la subida de la Liga Norte, de corte xenófobo y antieuropeo.
Según anunció, con toda probabilidad, jurará su cargo entre el 9 y 10 de mayo. Reiteró que su Gobierno, que estará formado por 12 ministros y no tendrá viceprimer ministro, deberá hacer frente a «la situación más difícil desde la posguerra hasta hoy».
Las últimas elecciones han cambiado considerablemente la esfera política en Italia. Si desde finales de la década de los noventa se había caracterizado por la proliferación de partidos políticos, el país se ha ido acercando al bipartidismo, con el PdL y el PD, a la cabeza. Entre los dos se han hecho con el 70% de los votos. Fiel ejemplo de este cambio es la composición del nuevo Parlamento, en el que sólo estarán representados seis partidos frente a los 14 que había en el Congreso y los 12 en el Senado en la anterior legislatura.
La Cámara de los Diputados estará formada por 630 miembros. La coalición que lidera Berlusconi contará con 344 escaños –276 del PdL, 60 de la Liga Norte y 8 del Movimiento para la Autonomía del Sur– y la de Walter Veltroni con 246 –217 del Partido Demócrata (PD) y 29 de la Italia de los Verdes (IDV)–.
En cuanto al Senado, los tres partidos coaligados de extrema derecha suman 171 escaños, mientras que Veltroni se queda con 132, lo que le deja con 39 representantes menos.
El único partido que seguirá sin pertenecer a ninguna de las dos coaliciones es la Unión de Centro de Pierferdinando Casini, que tendrá 36 parlamentarios en la Cámara de los Diputados y 3 en el Senado.
Por primera vez desde 1946, los comunistas se han quedado sin representación en el Parlamento, un dato muy significativo en un país que llegó a albergar al mayor partido comunista occidental, el PCI.
En la primera votación parlamentaria de esta legislatura, eligieron a Renato Schifani, de 58 años y uno de los más estrechos colaboradores de Berlusconi, como presidente del Senado.
Originario de Sicilia y abogado de profesión, entró a formar parte de Forza Italia en 1995. Un año después, fue elegido senador por su región natal, cargo que ha mantenido en las tres últimas legislaturas. Desde 2001, además, es presidente del grupo parlamentario de Forza Italia.
Schifani se convirtió en el rostro de esta formación por sus repetidas muestras de apoyo y declaraciones públicas a favor de Berlusconi, al que en una ocasión comparó con el conde Cavour, uno de los principales impulsores de la unificación italiana en el siglo XIX, que ocupó diversos cargos políticos, fue un importante terrateniente y propietario de un periódico.
Supuestos vínculos mafiosos
Los medios italianos han relacionado su nombre con la criminalidad organizada siciliana ya que en los años ochenta fue socio de una compañía en la que figuraban Nino Mandalà, jefe del clan mafioso de Villabete, y Benny d´Agostino, empresario ligado al histórico dirigente de la Cosa Nostra, Michele Greco.
Es también conocido por ser autor del «laudo Schifani», mediante el cual se concede inmunidad a los presidentes de la República, del Gobierno, de las dos Cámaras parlamentarias y del Tribunal Constitucional mientras ejerzan sus cargos. Posteriormente, el Constitucional declaró «ilegítimo» este laudo.
La izquierda se hunde tras los dos varapalos electorales
Tras la pérdida de su feudo y la derrota en las legislativas, la izquierda se hunde en una gruesa niebla. Este doble revés es aún más doloroso teniendo en cuenta la corta vida del Partido Demócrata, que nació hace tan sólo dos meses de la mano de Walter Veltroni. «Francesco Rutelli se convirtió, a pesar suyo, en símbolo de un PD aún sin identidad, cuyos dirigentes han perdido el contacto con la realidad», consideró Stefano Folli, editorialista del diario económico “Il Sole-24 Ore”. La mayoría de los comentaristas coincidieron en que la izquierda debe hacer «autocrítica», y cuestionaron la estrategia de Veltroni como líder del PD y alcalde de Roma.GARA
