El presidente cubano, Raúl Castro, anunció la convocatoria del sexto Congreso del Partido Comunista para finales del segundo semestre de 2009 con el fin de «conformar con proyección de futuro la política del partido en los diferentes ámbitos de nuestra sociedad».

El Congreso es la máxima autoridad del PCC y sus acuerdos son la base de la política oficial para los siguientes cinco años. El quinto se realizó en octubre de 1997, por lo que el sexto debía haberse celebrado en 2002, pero no fue convocado.

En su intervención en la clausura de la sexta reunión plenaria del Comité Central del PCC, Castro consideró «vital» reforzar la institucionalidad e insistió en que el partido debe «continuar perfeccionando» su labor y autoridad ante las masas.

Una de las tareas principales será el control de la producción de alimentos que, según subrayó, exige a las autoridades municipales hablar directamente con los encargados de producir.

Una decisión «soberana»

Castro también informó de la decisión adoptada por el Consejo de Estado de conmutar la pena pena de muerte a un grupo de presos por la cadena perpetua. La última vez que Cuba aplicó este castigo fue el 10 de abril de 2003, para «frenar en seco la oleada de más de 30 intentos y planes de secuestro de aviones y barcos, alentados por la política de Estados Unidos, recién iniciada la guerra de Irak».

Enfatizó que la medida se ha adoptado «no por presiones, sino como un acto soberano en consonancia con la conducta humanitaria y ética que caracteriza a la revolución cubana desde sus inicios, animada siempre por un espíritu de justicia y no de venganza, conociendo además que el compañero Fidel es favorable a eliminarla cuando se den condiciones propicias».

Advirtió que esta decisión no significa la supresión de la pena capital porque «sería ingenuo e irresponsable renunciar al efecto disuasivo que provoca en los verdaderos terroristas mercenarios al servicio del imperio, porque pondría en peligro la vida y seguridad de nuestro pueblo».