Treinta años dan para mucho, y resumirlo en un par de horas no es tarea fácil. Ayer lo hicieron en Bergara tres representantes de la izquierda abertzale con la trayectoria de Herri Batasuna, de cuyo nacimiento se cumplió el 30º aniversario el domingo, y los acontecimientos vividos en Euskal Herria en esas tres décadas. Un repaso que Idoia Ibero finalizó con la siguiente afirmación: «La lucha de 30 años ha dado sus frutos. Y de la misma forma que nos ha traído hasta el actual momento, la lucha nos llevará hasta la libertad».

Pero las conclusiones que extre el independentismo vasco de todo lo acontecido entre 1978 y 2008 van más allá. Por ejemplo, Ibero destacó que la «reforma» iniciada en el Estado español tras la muerte del dictador Franco ha fracasado, «porque tenía como objetivo aniquilar a la izquierda abertzale y asimilar a Euskal Herria, lo que no han logrado». O el hecho de que en la actualidad «es evidente» que sólo existen dos proyectos para este país: «El de España y Francia, y el del Estado de Euskal Herria; no hay terceras vías».

Y en esta coyuntura, mani-festó, los independentistas vascos tienen ante sí tres grandes tareas. «En primer lugar, ir creando día a día el Estado de Euskal Herria, el proyecto de país independiente y socialista fijado hace ahora 30 años. En segundo lugar, socializar la necesidad de un marco democrático en el que todos los proyectos sean factibles. Y por último, hacer frente a la estrategia de guerra».

«Gripar el motor del cambio»

Esa represión, a su entender, se ha recrudecido a raíz del fracaso del proceso negociador, y lo ha hecho «de manos del PSOE y del PNV. ¿Para qué? Para gripar el motor del cambio político, repetir el mismo fraude de hace 30 años e instalar en Euskal Herria un nuevo ciclo de opresión».

Precisamente, Ibero se refirió al fallido proceso de negociación señalando que las formaciones lideradas por José Luis Rodríguez Zapatero e Iñigo Urkullu «dieron su negativa» a la oportunidad de «pasar del actual marco de partición, negación y subordinación a uno verdaderamente democrático. El PSOE lo hizo porque es consciente de que eso conllevaría la partición del Estado español. En cuanto al PNV, su posición se debe a que prima el negocio a los intereses de este pueblo y de sus ciudadanos». No obstante, consideró que Euskal Herria «tiene abiertas de par en par» las puertas del cambio político.

Con anterioridad a Ibero, tomaron la palabra Itziar Aizpurua y José Luis Elkoro. Mientras este último dedicó su alocución a las conversaciones de Xiberta -«la mejor oportunidad que yo he conocido para superar el conflicto. Pero el PNV decidió seguir su propio camino, al igual que los polimilis, y se rompió»-, Aizpurua hizo un exhaustivo repaso a la etapa 1960-1992. De todo lo acontecido en esas décadas, resaltó el «no» de Euskal Herria a la Constitución española -«nunca debemos olvidar que se trata del texto que niega la existencia de Euskal Herria y busca su desaparición»- y el Acuerdo de Lizarra-Garazi, «uno de los mayores logros de la izquierda abertzale».

Sobre el mismo, Ibero incidió en que «aunque fracasó, una vez más por culpa del PNV, es la clave para entender dónde estamos: enterró el Pacto de Ajuria Enea; puso sobre la mesa que el actual marco está agotado y que para la resolución hay que dar la palabra a los ciudadanos; y acabó con la dicotomía `demócratas-violentos' para sacar el de `Euskal Herria-España'».