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«Sahara no se vende» lucha por visualizar el conflicto saharaui

Surgió como un corto sobre un taller de fotografía del Festival del Sahara. Creció hasta convertirse en un documental sobre la historia del pueblo saharaui. El trabajo de Joaquín Calderón y Luis Arellano recorre festivales y salas para avanzar en la concienciación sobre el conflicto.

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Itziar AMESTOY | GASTEIZ

Pocos escenarios tienen un significado tan redondo como la pantalla del desierto para proyectar el documental «Sahara no se vende». Y fue precisamente en ese entorno, en el marco del Festival de Cine Internacional del Sahara `08, donde se vio el trabajo de los directores navarros Joaquín Calderón y Luis Arellano y con el que obtuvieron el Camello de Plata. Fue en la edición anterior del Fishara donde nació el proyecto. Arellano, en su papel de educador con una amplia trayectoria de proyectos en países en vías de desarrollo, propuso dirigir un taller de fotografía digital en el campamento de refugiados de Dajla. Invitó a Calderón a que le acompañara, para grabar alguna imagen y poder realizar un corto sobre el taller como parte del festival.

La realidad que conocieron en el campamento, sin embargo, desbordó el proyecto. «Cuando llegamos, nos dimos cuenta de que la situación humanitaria era terrible, que llevaban mucho tiempo así y que, además, los diferentes gobiernos implicados no tenían prisa por resolverlo», explica Arellano. La conciencia que adquirieron les llevó a la conclusión de que los refugiados saharauis necesitaban «airear su problema para que exista una presión» que lleve a la solución del conflicto. Y en esa tarea se embarcaron.

Al regreso del Fishara se pusieron manos a la obra para completar el proyecto y que no mostrase sólo el día a día de un campamento. Los dos directores navarros empezaron un largo trabajo de documentación, buscando imágenes de archivo y testimonios. También entrevistaron a representantes políticos como Gaspar Llamazares, Jorge Moragas y Pedro Cerolo. «Queríamos que nos explicaran porqué no se había resuelto el conflicto», explica Luis Arellano, a lo que su compañero de aventura, Calderón, añade: «Grabamos a los políticos; esos que hablan mucho y no hacen nada».

«Sahara no se vende» supera la idea de documental. Ambos realizadores conjugan su vida profesional con éste proyecto con el que llevan cuatro meses recorriendo diferentes aulas o salas para pasar la película y organizar coloquios, debates y todo tipo de actividades que den a conocer la situación del pueblo saharaui. Asimismo, han visitado numerosos festivales de cine como el de Iruñea, el Fescigu de Guadalajara, el Villa Gesell en Argentina, el de Cine Pobre de La Habana o el de Cine Otro de Valparaiso, donde se proclamaron ganadores de la sección Pueblo Originarios y Cultura. La próxima cita es este mismo fin de semana en Madrid. El documental será proyectado mañana a las 22.00 horas en los Cines Princesa y el miércoles 7 de mayo a las 18.15 en el Cine Estudio del Círculo de Bellas Artes.

En esta lucha por visualizar el conflicto, Calderón y Arellano han utilizado su experiencia en la producción musical para conseguir un reclamo que redondea la calidad de la cinta: la participación de un elenco de músicos muy reconocidos. Así, la banda sonora de «Sahara no se vende» luce nombres como Manu Chao, Fermin Muguruza, Chambao, Macaco, Amparanoia, Tonino Carotone o Carlinhos Brown, entre otros muchos. Los sonidos que han ayudado a seducir al público, sin embargo, están trayendo complicaciones a la hora de comercializar la cinta. «La mayoría de artistas se han mostrado dispuestos a cedernos los derechos, pero las grandes discográficas que hay detrás de algunos de ellos son más difíciles de convencer», describe Joaquín Calderón.

«Mañana el campamento se quedará vacío»

Sin duda, uno de las paradas más emotivas del trayecto que recorre «Sahara no se vende» fue la que tuvo lugar en el Festival de Cine Internacional del Sahara. Luis Arellano y Joaquín Calderón coinciden en señalar la emotividad que enmarcó el encuentro entre la cinta y sus protagonistas. «La gente lloraba, aplaudía, chillaba cada vez que salía alguna mención al Sahara libre. Cuando acabó, se acercaron para agradecernos», describe Arellano y añade: «Fue emotivo, precioso, sublime». Calderón, por su parte, aporta una vivencia más dura. Después de la proyección, un joven le comentó: «Mañana todo esto se quedará vacío». Ante lo que el director muestra su impotencia y comenta que es injusto que «se queden allí en esa situación tan precaria». Y es que la vivencia ha calado en ambos directores. Joaquín Calderón, de hecho, aprovechó la visita al Fishara para capturar imágenes para su próximo trabajo: «Latidos del Sahara». Este proyecto será, según explica su creador, más corto y menos hablado y añade: «explicará la vida cotidiana de los campamentos con más sonido e imagen». I. A.

BANDA SONORA

Uno de los reclamos que facilita el objetivo del documental, visualizar el problema que vive el pueblo saharui, son los músicos que han participado. Entre ellos destacan Fermin Muguruza, Manu Chao, Bebe o Carlinhos Brown.

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