Kobe Bryant no pudo llevar a su equipo, Los Angeles Lakers, a lograr el tercer punto de su eliminatoria ante Utah Jazz pese a intentarlo a la legendaria, con la espalda hecha trizas y un severo gesto de dolor en el rostro. Utah trabajó duro para igualar la eliminatoria y, tras sufrir mucho, lo logró en una prórroga en la que leyeron el devenir del partido a la perfección.

El choque comenzó con Utah totalmente enchufado. Vibrante en defensa, salía al contraataque con una velocidad endiablada, mientras los Lakers apenas eran capaces de regresar a su canasta para sacar de la línea de fondo.

El base Derek Fisher metió a los Lakers en problemas tras cometer su segunda falta en apenas cuatro minutos. Sin él, los Lakers comenzaron a naufragar en ataque. Kobe Bryant no creaba juego, Pau Gasol anotaba con cuentagotas y Lamar Odom apenas aparecía.

Mientras los Jazz corrían con total facilidad y abrían las primeras ventajas. Deron Williams encontraba auténticas autopistas en la cancha del Energy Solutions Arena, bien secundado por Carlos Boozer y Ronnie Brewer. El 31-21 a favor de los Jazz al final de los 12 primeros minutos era esclarecedor.

El desasosiego angelino crecía con la segunda falta de Gasol y los dolores de espalda de Bryant. Los tintes dramáticos siguieron creciendo para los Lakers cuando el pívot francés Ronny Turiaf cometía una falta flagrante de nivel 2 que lo enviaba al vestuario.

Inflexión

Ese momento, ese posible punto de inflexión que debían aprovechar los Jazz se convirtió en un revulsivo para Phil Jackson. El técnico jefe de los Lakers varió su esquema y puso en cancha un quinteto compuesto por Vujacic, Bryant, Walton, Odom y Gasol y el partido comenzó cambiar hasta llegar al descanso con empate a 55.

La reanudación se convirtió en un intenso duelo. Con Fisher y Radmanovic en cancha, Los Angeles encontraba el equilibrio que no había tenido hasta entonces. Mientras, Utah cargaba su juego en sus hombres altos y tanto Boozer como Okur mantenían la igualdad en el marcador. Al último periodo se llegaba con todo por decidir y un tímido 79-75 a favor de Utah.

El lastre de las rotaciones de los Lakers coincidió con un gran acierto de Kyle Korber desde la línea de siete metros y las alarmas se dispararon en Los Angeles. Utah se colocaba 90-80 a falta de 9 minutos y Phil Jackson decidió devolver a sus titulares a la cancha.

La entrada de la caballería californiana no alteró la inercia del choque. Con Bryant diluido y Odom desaparecido, fue Gasol quien tomó el mando del ataque angelino. Anotó con facilidad cada vez que lo intentó, pero Utah no encontraba dificultades a la hora de contestar las canastas del catalán. Así, a falta de 3 minutos, el luminoso señalaba 102-94 para los Jazz.

Le épica de los Lakers salió a paseo y a Fisher comenzó a entrarle todo desde la línea de tres. Bryant se apuntó a la fiesta y con un dos más uno a medio gas forzaba el empate. El último minuto fue de infarto. Williams puso a los suyos dos arriba por última vez antes de que Odom, tras un rebote ofensivo, empatase el partido y forzase la prórroga: 108-108.

En el tiempo añadido Bryant trató de crear leyenda. Cojeando y con cara de dolor, no paró de acaparar ataques con escaso criterio y menos éxito. Utah siguió a lo suyo y con el 115-110 todo quedó sentenciado. La eterna sucesión de faltas en los segundos finales llevó el partido al 123-115 final a favor de los Jazz.

Gran Duncan

Tim Duncan fue el máximo protagonista del otro partido de la noche, en el que San Antonio Spurs derrotó a Nueva Orleans Hornets por un claro 100-80, gracias a un gran partido del de Islas Vírgenes. El ala pívot, que apenas había brillado hasta el momento en los play offs, supo despertar en el momento justo y ayudar a su equipo en un partido en el que Manu Ginobili, máximo artillero de los Spurs, no tuvo su día.

En el Este, Detroit Pistons tiene esta noche en su feudo la oportunidad de sellar su victoria sobre Orlando (3-1), mientras que Boston y Cleveland (2-1) habrán disputado esta pasada madrugada en terreno de los Cavaliers su cuarto choque.