Los ruegos y las plegarias de Ibarretxe han chocado con un muro más duro que el de Berlín. Lo dijo ZP en Barakaldo y lo explicó ayer el editorialista de «El País», vocero autorizado de Moncloa.

El escribiente de Prisa situaba la siguiente estación de este viaje en el pleno del Parlamento de Gasteiz en el que se votará la propuesta de Ibarretxe, porque «será entonces cuando el lehendakari tendrá que explicarse: decidir si acepta los votos de EHAK (el grupo sucesor de Batasuna), que necesita para proseguir su ruta, y si está dispuesto a desafiar a la legalidad una vez que la convocatoria sea recurrida. O si renuncia a esos votos y, como se comprometió, convoca elecciones anticipadas, con el riesgo de perderlas». Mala papeleta, sí señor.

Se refiere a la exhibición de los «papeles de Loiola» y se duele el escriba: «Lo planteado por Ibarretxe es que el presidente del Gobierno de España dé luz verde a la renuncia del Estado a participar en la definición de un nuevo estatus político del País Vasco y Navarra. La autodeterminación, ahora con la astucia pueril (pero no inocente) de incorporar párrafos del preacuerdo discutido den Loiola a finales de 2006 por PSOE, PNV y Batasuna en un intento de evitar la inminente ruptura de la tregua. Aquello fue un error, pero es desleal en grado sumo que lo utilice contra los socialistas el lehendakari elegido en las listas del partido que compartió con ellos la responsabilidad de cometerlo». Ya verán como viene la vuelta.

En efecto, sólo salta una línea para mostrarnos sus verdaderas preferencias: «Imaz no lo habría hecho. Y tampoco habría planteado la consulta al modo de Ibarretxe: como sucedáneo del inexistente acuerdo, y en plena ofensiva etarra de intimidación contra los socialistas». ¡Como le siguen queriendo a J. J.!

Y al final, la guinda: «Ibarretxe no puede ignorar que es imposible que el presidente español acepte tal cosa. Por eso cabe conjeturar que el texto iba más bien dirigido a provocar la ruptura, para presentarse como víctima de la intransigencia española, y a hacer ver a los de EHAK que les conviene más permitirle seguir adelante con su hoja de ruta que provocar el anticipo electoral». Está caliente la cosa, ¿verdad?