Unos toques de exotismo llegados de Asia, una pizca de cine independiente húngaro, turco o canadiense y la últimamente obligada cuota latina tratan de ocultar el dominio de Estados Unidos en la competición oficial del 61 Festival de Cannes.

Porque si algo destaca del programa de la sección oficial de competición de esta edición -de mañana al 25 de mayo- es el peso del cine norteamericano, aunque eso sí, no del más comercial. Por un lado se podrá disfrutar de la calidad contrastada de Clint Eastwood, que vuelve a Cannes con «Changeling ». Steven Soderbergh, en su versión seria, llevará su inmensa versión de la vida del «Ché», de 4 horas y 25 minutos, «Palermo shooting» será la propuesta de Wim Wenders y «Two Lovers» la de James Gray.

Frente a la armada estadounidense, muchas opciones. Cuatro películas latinoamericanas, dos argentinas y dos brasileñas, entre ellas «Linha de Passe», una historia sobre la jungla urbana de Sao Paulo codirigida por Walter Salles y Daniela Thomas, y «Blindness», el esperado regreso a la gran pantalla de Fernando Meirelles, encargado de abrir el Festival con su adaptación de la difícil novela de Saramago «Ensayo sobre la ceguera».

Entre las propuestas europeas destaca la del turco Nuri Bilgen Ceylan, que con «Uzak» (2002) dejó un buen sabor de boca; la de Atom Egoyan, que pondrá su toque inconformista con «Adoration», y «Waltz with Bashir», del israelí Ari Folman.

Estando en Cannes, el cine francés no podía faltar, con sendas películas de Arnaud Desplechin, Philippe Garrell y Laurent Cantet. Como guinda del pastel, el estreno del último Woody Allen y la esperadísima entrega de «Indiana Jones».