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Presente y futuro de Serbia

Las elecciones no aclaran el futuro político de Serbia

La coalición pro-occidental liderada por el presidente, Boris Tadic, es la gran vencedora en las primeras elecciones celebradas en Serbia tras la independencia de Kosovo. Aunque no se cumplieron los pronósticos que auguraban un voto de castigo a los aliados serbios de la UE, los resultados no arrojan ninguna mayoría clara y confirman un mapa electoral en el que los viejos fantasmas siguen teniendo mucho que decir, entre ellos los herederos de Slobodan Milosevic.

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Dabid LAZKANOITURBURU | DONOSTIA

La coalición pro-UE encabezada por el presidente Tadic logró un 38,8% de los votos, lo que le convierte, con 103 diputados, en el primer grupo de la Cámara.

Formada por el DS de Tadic y grupos liberales como el histórico G-17 y el SPO del monárquico Vuk Draskovic, suma veinte escaños más que en la legislatura saliente aunque queda lejos de la mayoría absoluta en una Cámara con 250 escaños.

Para ello, ni siquiera le bastaría el concurso del también pro-occidental Partido Demócrata Liberal, de Cedomir Jovanovic, el único que se posicionó en su día a favor de reconocer la independencia de Kosovo.

Esta formación logró superar por poco el listón del 5%, aunque no aportaría más que 14 diputados. Incluso alineando a su favor a otras formaciones minoritarias como la Coalición Húngara (4 diputados), los bosniacos del BLZES (2) y la coalición de partidos albaneses del valle de Presevo (un escaño) sumaría 124 escaños, a uno de la mayoría para gobernar.

El SPS tiene la llave

En este escenario, la coalición liderada por el SPS, del difunto Slobodan Milosevic, tiene en sus manos la llave y puede lograr una suculenta renta del escaso 8% de votos y de sus correspondientes 20 escaños.

«Somos nosotros los que estamos esperando las llamadas», recordó el líder del SPS, Ivica Dacic. «No queremos el poder a cualquier precio, y exigiremos respeto a nuestros principios»; entre ellos «los intereses nacionales y la justicia social».

El SPS lleva meses protagonizando un intento de acercamiento al DS de Tadic dentro de su proyecto de convertirse en un partido socialdemócrata homologable y ser admitido en la Internacional Socialista. Un sostén a Tadic podría ser una inmejorable carta de presentación.

Si para el DS es prácticamente imposible formar Gobierno sin contar con ellos, el SPS se deja querer y tampoco excluye la posibilidad de una alianza con los panserbios del SRS y con el DSS de Vojislav Kostunica.

No obstante, los herederos de Milosevic han sacado lecciones del pasado más reciente y son conscientes de que la alianza estratégica con el SRS no les ha supuesto otra cosa que acabar siendo fagocitados por éstos. Muestra de ello es el actual peso de una formación que en tiempos de Milosevic era la primera fuerza política.

Muchos analistas coinciden en que el SPS tendría más que perder que de ganar en caso de una alianza con los panserbios.

«Aunque los electores del SPS son más cercanos a una alianza panserbia, el partido tiene mucho más que ganar con una alianza con los pro-europeos», señala Slobodan Antonic.

«Al lado de los pro-europeos, el SPS podría convertirse en una verdadera (sic) fuerza de izquierda, orientada hacia la justicia social», coincide Marko Blagojevic, del Centro para las Elecciones Libres y la Democracia .

La coalición Tadic-SPS no está, con todo, exenta de problemas. Los liberales de Cedanovic son enemigos acérrimos de los herederos de Milosevic y podrían negarse a esta entente.

Nicho electoral panserbio

El panserbio SRS (Partido Radical Serbio) mantiene, básicamente, susólido nicho electoral. Logra el 28% de los votos, lo que le otorga 77 escaños. Es cierto que pierde votos y porcentaje respecto a las últimas elecciones presidenciales, en las que no hay que olvidar que recibió voto prestado de otras formaciones sin posibilidades. Mantiene, sin embargo, los votos cosechados en las anteriores elecciones legislativas.

Con su líder, Vojislav Seselj, respondiendo por crímenes de guerra en La Haya, su actual dirigente, Tomislav Nikolic, insistió ayer en que «existe una posible coalición que deje fuera al DS» del presidente Tadic.

Para ello se precisaría la suma de los 30 escaños (11% de votos) de la coalición del ex primer ministro y en su día aupado por Occidente Vojislav Kostunica.

Tampoco bastarían, y sería preciso el concurso del SPS.

Incluso en esa hipótesis no faltarían problemas. ¿Estaría dispuesto el SRS a ceder el cargo de primer ministro a Kostunica? ¿Se conformaría este acérrimo unionista, pero igualmente arribista, con algún ministerio? ¿El de Kosovo, por ejemplo?

No falta quien recuerda que la coalición de Tadic no ha puesto aún nombre a su candidato a primer ministro, cautela por la que algunos no descartan una posible reedición del pacto Tadic-Kostunica que el último hizo saltar por los aires tras la independencia de Kosovo y que forzó estos comicios.

Muchas preguntas y un panorama político endiablado que tampoco estas elecciones, las cuartas en 16 meses, han desenredado. La realidad es terca y los serbios, con su alta participación (más del 60%), han vuelto a dar una lección a una clase política local perfectamente homologable a la de la Unión en lo que respecta a su capacidad para vivir de los problemas sin solucionarlos. Los serbios han cumplido. ¿Hasta cuándo?

Kosovo

El Gobierno de Kosovo saludó con prudencia los resultados electorales y mostró su esperanza en una mejora del diálogo y la cooperación entre Pristina y Belgrado.

La pelota vuelve al tejado de la UE, que deberá concretar sus recientes promesas

Los países de la Unión Europea prometieron concretar lo más rápido posible el acercamiento con Serbia. La urgencia es mayor habida cuenta de las dificultades de sus actuales aliados locales para formar un Gobierno sólido y sin ataduras.

El comisario de Ampliación, Olli Rehn, anunció que la UE estaría dispuesta a «acelerar» el proceso, incluido el reconocimiento a Serbia del estatus de candidata a la adhesión.

La UE accedió a la firma con Serbia del Acuerdo de Estabilización y Asociación, antesala para la adhesión, antes de los comicios. Pero Holanda impuso como condición que no entre en vigor hasta la detención del presunto criminal de guerra Ratko Mladic. Un diplomático de la UE aseguró ayer desde el anonimato que «hay un margen de maniobra y es posible que les resulte imposible entregarlo porque no se halle en el país». No son pocos los medios occidentales que recuerdan que fue la OTAN la que impidió la captura de Mladic hasta el año 2000. Hasta entonces su enemigo era Milosevic.

La promesa de 17 estados de suprimir los visados a Serbia el año que viene también es problemática. Bruselas rechaza que la supresión pueda afectar a los kosovares. ¿Podría Belgrado negarla a los que considera ciudadanos de parte de Serbia? D.L.

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