Santi Lorente Cooperativista y padre de Argia Ikastola de Tutera
A Carlos Pérez Nievas, Consejero de Educación
Entiendo que es difícil ser Consejero de Educación en un Gobierno de UPN, pero creo que si se quieren hacer cosas hay que avanzar incluso sabiendo que en tu propio gobierno no las van a entender. Hay que correr riesgos. Comprendo que, además de esa dificultad añadida, tener que soportar que la mayoría parlamentaria que sustenta tu gobierno este respaldada por un PSN retrogrado y cavernícola para con el euskera es muy complicado. Creo que es hora de pasar de la política de gestos a la de hechos. A mi entender te falta dar en la diana, te falta el gran paso que muchos y muchas navarras estamos esperando, a ti que tanto te gusta hablar de «demanda» cuando te refieres al euskera.
Para poder demandar, hay que sentir, conocer, respetar y entender que el euskera es también parte de ti, que es parte de Nafarroa. Y algunos durante bastantes años se han encargado de hacer creer en la Ribera que el euskera no tiene nada que ver con lo nuestro. Ese gran paso es acabar con la zonificación, con la limitación al euskera que impone la Ley del Vascuence. Ése es de verdad el paso que necesitamos para hablar de «convivencia de modelos lingüísticos». Acabar con la limitación de derechos que venimos padeciendo y sufriendo más de la mitad de navarros y navarras por no tener la lingua navarrorum como lengua cooficial compartida.
Para hablar de convivencia de modelos lingüísticos tendríamos que hablar de los 23 años de ilegalidad impuesta a la Ikastola Argia de Tutera-Fontellas, donde gracias a la iniciativa y al esfuerzo social de madres y padres riberos y a la solidaridad ha sido y es posible mantener una ikastola con más de 240 alumnos y alumnas. Tendríamos que hablar de los millones de pesetas y miles de euros que hemos tenido que pagar y seguimos pagando para levantar un proyecto educacional en un modelo ilegal durante 23 años, en esa convivencia de modelos lingüísticos a donde se nos quiere llevar sin contar precisamente con quienes durante años siempre hemos creído de verdad, no de boquilla, en la convivencia de modelos lingüísticos pero en igualdad de condiciones.
Es hora de acabar con la política de parches y de querer contentar a todos sin contentar a nadie. Es hora de decir claramente que el euskera es la lengua de toda Nafarroa. Sin complejos, consejero, sin ambigüedades. Con el euskera no sólo hay que hablar de demanda, hay que incidir también en los derechos. Y en Tutera y en la Ribera, a pesar de que la demanda hacia el euskera sea mucho menor que en la Sakana, los derechos que como navarros y navarras nos corresponden son los mismos. Si mañana Nafarroa se levanta sin zonificación, tendrá un semblante más democrático que el que tiene en la actualidad. Ánimo.