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Esquí de travesía una marca difícil de batir

La travesía Chamonix-Zermatt en el día con esquís

Lionnel Bonnel y Stéphane Brosse cubren la alta ruta alpina en tan sólo 21 horas y 11 minutos. Un equipo internacional de cuatro chicas lo ha completado en tres jornadas

Andoni ARABAOLAZA | DONOSTIA

La travesía con esquís de la alta ruta entre Chamonix y Zermatt es una de las míticas y grandes travesías de la cordillera alpina. Son innumerables los esquiadores que la han llevado a cabo, y es que dicha propuesta no deja indiferente a nadie. En general, siempre dependiendo de las ganas de machacar, la travesía se cubre en más o menos una semana. En plan tranquilo, de refugio en refugio, gozando del esplendor de las montañas que abriga la ruta alpina... Ese es el plan de la mayoría. Pero hay quienes, dejando a un lado el espíritu contemplativo, se lanzan a una apuesta completamente deportiva. En este caso, el crono o el tiempo a marcar es el objetivo principal, y en ello se han sumido tres grandes del esquí alpinismo: Laurent Fabre, Lionel Bonnel y Stéphane Brosse.

El reto, más que impresionante: cubrir la travesía en menos de una jornada. Y dos de ellos lo consiguieron. Bonnel y Brosse la han cubierto en tan sólo 21 horas y 11 minutos; Fabre abandonó después de 14 horas de trabajo. Algún lector dirá que es alucinante, y seguramente se quede corto. La idea fue cosa de Brosse, de ese gran especialista del esquí alpinismo: campeón del mundo en tres ocasiones, ganador de tres ediciones de la Pierra Menta, dos de la Patrulla de los Glaciares, una de la Mezzalama, récord de la Chamonix-Mont Blanc-Chamonix en sólo 5 horas y 15 minutos... Para Brosse, que nunca había cubierto la travesía Chamonix-Zermatt, era un reto que no quería dejar escapar: «Quería cubrir la alta ruta alpina en menos de 24 horas, con esquís y a pie por el fondo de los valles. Pero eso sí, sin asistencia técnica. Llevamos todo el material con nosotros: esquís, botas, cuerdas... Practico todos los estilos del esquí alpinismo: 12 años en la competición de alto nivel, he realizado muchas salidas del día, descenso extremos..., pero nunca había hecho la Chamonix-Zermatt. Y me dije, ¿por qué no realizarla en non-stop? Anteriormente, sólo Denis Pivot cubrió la travesía. Eso sí, salió de Grands Montets, luego fue a Champex e hizo una transición en coche hasta St. Pierre, para terminar en itinerario clásico (el que hacen todos los montañeros). Esta idea me motivó, pero por motivos éticos decidí que había que salir desde la iglesia de Chamonix y no utilizar más que los esquís para desplazarme».

El objetivo ya lo tenía marcado, pero, ¿quién se le iba a unir al proyecto? Brosse tenía claro que tenía que formar un grupo pequeño. Tocó las puertas del grupo de alto nivel de la FFCAM, y quienes se apuntaron fueron Fabre y Bonnel. También estaba acordado que lo intentarían sin asistencia técnica, en total autonomía y transportando todo el material. Por delante tenían 8.800 metros de desnivel positivo, otros 8.000 de negativo y 180 kilómetros de recorrido: Chamonix-Angentiére, col du Chardonnet, col de la Grande Lui, l'A Nueve Village, le Basset, St. Pierre, col du Sonadon, col du Petit mt Colon, col d l'évêque, col du mt Brulé, col de Valpelve y Zermatt.

Momentos muy duros

El reto de cubrir la travesía en menos de 24 horas exige, cómo no, una preparación muy específica. Tanto Brosse como sus compañeros estaban muy fuertes, pero quizás el primero era el que tenía la maquinaria realmente a punto: «Durante al pasado invierno hice mucho esquí de travesía. En diciembre, por ejemplo, completé la travesía de Aravis (8.800 metros de desnivel y 20 cimas en tres días) con Cyril Champagne y el joven de 16 años, alpinista de gran futuro, Yann Borgnet. En febrero firmé la travesía del macizo de Belledone (5.700 m de desnivel en 12 horas y 20 minutos) con Pierre Gignoux y Cyril Gaydoux. Luego me centré en descensos extremos para conservar mi forma física».

El trío de esquiadores francés partió de Chamonix a la 1 de la madrugada del pasado día 2, y a las 22:11 de la noche Bonnel y Brosse (Fabre abandonaba tras 14 horas) llegaban a Zermatt. No fue nada fácil; todo lo contrario. Como Fabre, sus dos compañeros tuvieron que superar varias crisis: «Tres en concreto. La primera entre el col de Chardonnet y el col de la Grande Lui (entre las 4 y 5 de la mañana). Hacía muy mal tiempo: viento, nieve y frío. Nos confundimos y tuvimos que trazar huella en nieve fresca de 30 centímetros. Tuvimos muchas dudas. La segunda fue en la larga ascensión del Col du Sonadon, justo al nivel del refugio de Valsorey donde abandonó Laurent. Lionel y yo decidimos seguir. Y la tercera, en la larga marcha sobre el glaciar de Ottema. Teníamos la moral muy baja, ya que avanzábamos 75 metros de desnivel a la hora. Es un glaciar de 10 kilómetros para mil metros de desnivel, y preveíamos 3 horas para su ascensión. Eran las tres de la tarde y hacía mucho calor. A las 16:30 nos detuvimos y nos dimos cuenta de que sólo habíamos superado 200 metros de desnivel. Otra vez la moral por los suelos, y es que nos quedaban todavía 800 metros de subida y luego otras rampas de 300 y 500 metros para descender finalmente a Zermatt. Nuestro horario era pesimista, pero finalmente lo logramos».

Ya estaban en la «meta» con un horario de 21 horas y 11 minutos; les sobraron casi tres horas. Espectacular el crono que han establecido los dos protagonistas franceses; algo que cuesta creer. A pesar de todo, Brosse ha querido remarcar su apuesta por la travesía en un tirón más que el tiempo establecido: «Creo que el crono que hemos realizado importa poco. Lo remarcable es que hemos hecho la travesía en non-stop. Completar en menos de 24 horas es lo de menos; nos fijamos ese horario para añadirle un plus a nuestro objetivo».

Unos días más tarde, el equipo internacional formado por la francesa Léonie, la italiana Silvia (desconocemos los apellidos de ambas), la alemana Barbara Gruber y la estadounidense Monique Merrill firmaba el récord femenino de la travesía: 3 días. La estrategia fue diferente a la de los chicos, ya que pararon en dos refugios. En total, 10.500 metros de desnivel positivo y 140 kilómetros de recorrido. Ahí queda eso.

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