Tras la explosión en Barakaldo
Los ertzainas dejaron sin vigilancia material explosivo en mal estado
El Departamento de Interior de Lakua se limitó ayer a anunciar la apertura de un expediente disciplinario contra los dos ertzainas que estacionaron el coche con explosivos que estalló en la noche del lunes de forma «accidental» en un parking público de Barakaldo. El departamento que dirige Balza no explicó por qué se rompió la cadena de custodia que obliga a que el explosivo esté vigilado en todo momento y apuntó al posible mal estado de una «muestra» de pólvora.
GARA | BARAKALDO
«Unos pocos gramos» de diferentes tipos de sustancias explosivas, alguna de ellas en mal estado, fueron las causantes -según la versión oficial del Departamento de Interior del Gobierno de Lakua ofrecida ayer-, de la deflagración «accidental» que a las 21.50 de la noche del lunes destruyó una furgoneta de la Ertzaintza adscrita a la Unidad Canina y afectó a otros seis coches, en el aparcamiento público de la plaza Gernikako Arbola de Barakaldo, ubicado en pleno centro urbano, en las inmediaciones de los Juzgados y a tan sólo unos metros de una boca de metro.
La deflagración se habría debido a la «reacción inestable» de una muestra de explosivo que los agentes transportaban en el automóvil, y que habitualmente usan para el adiestramiento de los perros de la Unidad Canina en la detección, a través del olfato, de sustancias sospechosas de integrar un artefacto explosivo. Uno de esos perros, que se encontraba en el interior del coche, resultó herido de gravedad.
En concreto, Interior apunta a que pudo ser una muestra de pólvora deteriorada la que provocó la explosión, que se extendió a otras dos muestras que se encontraban, al parecer, en la guantera de la furgoneta marca «Nissan» en el momento del «accidente».
Expediente sancionador
El departamento que dirige el consejero Javier Balza también aseguró que siguen adelante las diligencias por parte de los investigadores de la Policía autónoma, así como el expediente disciplinario interno, «que se centra en analizar la presencia del vehículo en un estacionamiento público».
De esta manera, Interior apunta a los dos ertzainas encargados de la custodia del vehículo afectado como únicos responsables de que el «accidente» se produjera en un espacio público. Si bien la información oficial no aportó ayer más detalles al respecto, al parecer los dos ertzainas estacionaron el coche en el aparcamiento público y, dejando al perro dentro del vehículo, salieron a cenar a un restaurante cercano.
A su regreso, y tras haber pagado por el estacionamiento, observaron que salía humo de la parte delantera del vehículo y trataron sin éxito de liberar al perro antes de que se produjera la explosión, que no llegó a afectarles a ellos, pero sí al animal, que resultó herido de gravedad.
Interior precisó ayer que la utilización de muestras explosivas es habitual en los cuerpos policiales con competencias en la localización y desactivación de explosivos, y se considera «imprescindible» para que los perros adiestrados puedan realizar el rastreo de los mismos.
El departamento de Balza también indicó que todos los agentes de la Unidad de Caninos de la Ertzaintza tienen «la titulación y los conocimientos necesarios para la manipulación y el transporte de estas pequeñas cantidades de explosivos».
Lo que no aclaró Interior fue por qué estaba estacionado el coche en un aparcamiento público, con un perro solo en su interior y sin que los explosivos tuvieran la vigilancia preceptiva, ni si este tipo de proceder es habitual en la Ertzaintza.
En distintos foros de internet se responsabilizaba ayer a Balza: «Cosas como esta pueden pasar cuando Balza pone a sus amiguetes a dedo en puestos claves. Esto es lo que pasó en Explosivos cuando colocaron a dedo a varios profesores para impartir cursos de explosivos. Los tribunales sentenciaron que los nombramientos a dedo de esos profesores eran ilegales, por lo tanto los cursos que impartieron también lo son».
Apenas se conoció la explosión en Barakaldo, las agencias de noticias no tardaron en transmitir teletipos que apuntaban a un atentado. Uno de ellos, de Europa Press, citaba a fuentes policiales para asegurar que «los terroristas colocaron una bomba-lapa en el vehículo de la Unidad Canina de la Policía vasca». El texto llegaba incluso a precisar que «el artefacto se colocó en la parte exterior del vehículo, debajo del asiento del copiloto».
El alcalde de Barakaldo, Tontxu Rodríguez (PSOE), se apresuraba a declarar en Radio Euskadi que «da igual si es un acto de kale borroka o un atentado de ETA. Es un atentado contra un vehículo policial de la Ertzaintza con la intención de hacer daño». Mientras denunciaba el daño causado a los vecinos y las consecuencias que habría podido tener el «atentado», añadía que «han hecho un daño importante tanto a instituciones de las que nos hemos dotado como a los baracaldeses».
La condena de ese «daño importante» de la noche del lunes se tornaba ayer en alegría del alcalde porque «todo se ha quedado en un susto».
El mismo patrón siguió el mismo lunes el sindicato Erne de la Ertzaintza, que mostró su «más rotunda condena» por el «atentado»: «ETA vuelve a intentar atentar e intimidar al colectivo de la Ertzaintza, pero esta sinrazón no nos hace sino reafirmarnos en la convicción de nuestro trabajo diario y responder a los autores del atentado de la única forma posible, que es con su detención».