Giro segundo sprint masivo
Bennati desenfunda primero, pero Cavendish es más rápido
Koldo Fernández de Larrea se vio sin opciones en la llegada, en una etapa protagonizada por la fuga en solitario de Rik Verbrugghe
Arnaitz GORRITI | BILBO
Aunque el Tour sea la carrera más importante del año y que los mejores se reserven para la grande bouclé, el Giro es, por tradición, la ronda en la que mejor se dibuja el sprint. Después de iniciar la jornada despacio, la velocidad del pelotón en los últimos kilómetros supone el preludio de una volata, en la que, como en los cinematográficos duelos del far west, sólo rige la ley del más rápido.
A pesar de que el pelotón llegó agrupado al final, una caída en el último kilómetro separaba a diez corredores para protagonizar un duelo singular. Después de su victoria en Milazzo, Daniele Bennati, nuevo héroe de la velocidad en Italia y flamante maglia ciclamino, fue el primero en desenfundar, aprovechándose del gran trabajo de los lanzadores del Milram y su superioridad manifiesta respecto a Erik Zabel. Pero Mark Cavendish, del High Road, que no estuvo en la volata de la víspera, demostró que, si supera los repechos, es el gatillo rápido del ciclismo actual.
El velocista británico le despegó los adhesivos a Bennati, que vio cómo entre el propio Cavendish y Förster le relegaban a un triste tercer plano. No obstante, este mismo duelo tiene visos de repetirse. Hay balas de sobra.
Por su parte, el gasteiztarra de Euskaltel-Euskadi Koldo Fernández de Larrea volvió a estar entre los mejores. Ayer el conjunto naranja realizó un trabajo notable durante toda la etapa y el sprinter alavés supo colarse entre los primeros. Sin embargo, las fuerzas no le acompañaron a la hora de la verdad y entró en la meta de Catanzaro décimo. Pelizzotti vistió un día más el maillot de líder.
Verbrugghe, «llanero solitario»
La cuarta etapa de la corsa rosa, la primera después del «calvario» siciliano, tuvo en el corredor de Cofidis Rik Verbrugghe su principal protagonista. El ganador de la Flecha Valona de 2001 fue el aventurero de la jornada. Insistiendo con el símil del western, el flamenco fue todo un «llanero solitario» que puso en jaque la lógica de la llegada masiva durante mucho tiempo.
Arrancaba del pelotón nada más empezarse la etapa, mientras que el grupo decidió «descansar» los cien primeros kilómetros. La ventaja rozó los once minutos. Pero el «jinete pálido» de Cofidis gastaba su munición en la carretera mientras que el pelotón, en bloque, decidía ajusticiar al proscrito fugado. A falta de 21 kilómetros, Verbrugghe levantaba las manos... en señal de rendición. A partir de ahí, todos contra todo y todos. Sólo Cavendish pudo alzar la enseña victoriosa de su equipo.
Hoy es la quinta etapa, entre Belvedere Marittimo y Contursi Terme, de 203 kilómetros, con un final en el que los llegadores, más fuertes que veloces, pueden sacar tajada.
Koldo Fernández de Larrea entró décimo en Catanzaro, pero nada se le puede decir ni al alavés ni a su equipo. Euskaltel-Euskadi mostró la actitud precisa para aspirar al triunfo de etapa en el Giro.
Los corredores que disputan la 91ª edición del Giro decidieron pedalear a ritmo muy lento en los cien primeros kilkómetros de la etapa de ayer, cuarta de la ronda transalpina, en señal de protesta por el «largo y complicado» traslado desde Sicilia hasta la península.
Nick Nuyens, de Cofidis, fue el más perjudicado al romperse la clavícula en la caída de los últimos metros de la etapa. Nuyens no pudo evitar una maniobra extraña de otros corredores. Su abandono se suma a los de Cornu, de Silence Lotto y Stubbe, de la Française des Jeux.
La Agencia Mundial Antidopaje (AMA), que ejerce de acusación particular junto con la Unión Ciclista Internacional (UCI) en el sumario de la «Operación Puerto», está que arde con la Justicia española. A pesar de la reapertura de la investigación el pasado 15 de febrero, el director jurídico de la AMA, Olivier Niggli, acusó a la Justicia española de «falta de cooperación» y adelantó que «seguramente, nunca se pueda saber la verdad».
«Se intentó en vano añadir cuestiones. Se esperaba poder recoger pruebas suplementarias, pero no creo que se llegue a ningún lugar», dijo.
La «Operación Puerto» es, en realidad, una pieza complementaria de la investigación sobre si las acusaciones sobre el doctor Eufemiano Fuentes representan una infracción de la Ley de Salud Pública. Si no pudiera haber un pronunciamiento contra Fuentes, «se puede imaginar que las muestras de sangre se le devolverían, en cuyo caso, la mayoría de los documentos en posesión del AMA y el UCI no podrían utilizarse, a falta de ser apoyados por pruebas decisivas», consideraba amargamente Niggli.
