Ayer, un mes y dos días después de confesar que se había apropiado de casi 500.000 euros del Museo Guggenheim, el director financiero de ese museo declaró en el Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbo en calidad de imputado a raíz de la denuncia que la pinacoteca presentó el 16 de abril. La comparecencia de Cearsolo resultó atípica, pues no es habitual que a un imputado se le facilite el acceso a la sede judicial antes incluso de la hora de apertura de la misma para eludir a los medios de comunicación, tal y como su abogado había solicitado.

Atípica comparecencia, pues, y además esclarecedora, toda vez que muestra meridianamente que la falta de igualdad de los ciudadanos ante la justicia es algo más que un eslogan o producto de la imaginación de algunos. Ayer se visualizaron los privilegios de los que unos gozan desde el comienzo del procedimiento judicial frente a la dureza en el trato y la inflexibilidad que han de soportar otros no sólo cuando el delito que se les imputa tiene causas políticas, sino también en los casos ordinarios. El agravio comparativo resulta insultante. No obstante, no se trata de exigir una mayor dureza para los procesados, ni para Cearsolo ni para nadie. Un trato correcto, el escrupuloso respeto de los derechos de toda persona, como la no utilización arbitraria de las medidas de prisión, son exigibles para todos los ciudadanos; también para Cearsolo, por supuesto. Es decir, la igualdad, pero no en la vulneración de derechos, sino en el máximo respeto a los mismos.

La portavoz del Gobierno de Lakua, Miren Azkarate, reconoció que en la gestión del museo bilbaino ha habido claros y oscuros, si bien los primeros son más que los segundos. Difícilmente cabría esperar que fuera de otra forma tras las cuantiosas inversiones realizadas. Este asunto no debería terminar con la recuperación del dinero sustraído. También la dirección del museo y Lakua deberán tomar las medidas necesarias para evitar irregularidades de ese calibre en una entidad donde se invierte dinero de los ciudadanos y, por tanto, su gestión ha de ser ejemplar.