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Desfalco en el museo Guggenheim Bilbao

Cearsolo ratifica su robo millonario al Guggenheim

¿Culpabilidad o discreción? Roberto Cearsolo, autor confeso del desfalco de medio millón de euros del Museo Guggenheim, eligió ayer la puerta trasera del Juzgado de Bilbo para acudir a declarar, por primera vez, ante el juez, con el que estuvo una hora y media. El director del museo, Juan Ignacio Vidarte, y el subdirector financiero, Andoni Dobaran, en calidad de testigos de la acusación, eligieron la puerta principal. Vidarte ratificó la denuncia contra Cearsolo.

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Marta MORALES | BILBO

Ayer declaró ante el juez por primera vez -transcurrido un mes desde que se destapara el desfalco- el ex responsable financiero del Museo Guggenheim Bilbao, Roberto Cearsolo, autor confeso del desfalco de 487.000 en los fondos de la pinacoteca. Junto a él, y en calidad de testigos de la acusación, también comparecieron el director del museo, Juan Ignacio Vidarte, y el subdirector financiero de la misma, Andoni Dobaran.

Todos ellos estaban citados a las 10.00 en el Juzgado de Instrucción número 1 de Bilbo, que instruye las diligencias previas de este caso, pero sólo Vidarte y Dobaran accedieron al Palacio de Justicia por la puerta principal, poco antes de la hora prevista. Cearsolo, por su parte, adelantó su entrada en la sede judicial a las ocho de la mañana, previsiblemente para eludir a los medios de comunicación. Y lo hizo, además, por la puerta trasera.

El único imputado en la causa inició su declaración sobre las 14.15 y, tras comparecer durante una hora y media, abandonó el Palacio de Justicia con gesto serio, acompañado de su abogado, Javier Beramendi. Este fue el único instante en que se pudo ver al ex director financiero del Guggenheim, quien no había aparecido en público desde que hace un mes -el pasado 16 de abril- la dirección de la pinacoteca diera a conocer el desfalco, y pese a no existir medidas cautelares en su contra.

Cearsolo evitó los lugares comunes de la sede judicial durante toda la mañana. Su letrado, a preguntas de los periodistas reunidos en el interior del Juzgado, aseguró que no iban a realizar declaraciones. «Es inútil que esperéis», advirtió Beramendi. Tampoco transcendió el contenido de la declaración, ya que los medios no tuvieron acceso a la sala.

Lo mismo sucedió con las comparecencias de Dobaran y Vidarte. El subdirector financiero del Guggenheim -segundo de Cearsolo hasta que éste fuera despedido tras confesarse autor del desfalco- descubrió que las cuentas no cuadraban cuando, estando el entonces director financiero de baja laboral, el Tribunal Vasco de Cuentas Públicas solicitó al museo información de las operaciones efectuadas por la Sociedad Tenedora.

Dobaran fue el primero en declarar ayer y lo hizo durante dos horas. A continuación, prestó declaración Vidarte, también durante casi dos horas. Tras su comparecencia, el director del museo, acompañado por su abogada, Arantza Estefanía, se limitó a explicar a los medios que había ratificado ante el juez la denuncia penal presentada contra Cearsolo «en todos sus términos».

Documentación aportada

Por su parte, la letrada de Vidarte indicó que las tomas de declaración de ayer forman parte de las diligencias previas para investigar los hechos y calificar los delitos «que el juez considere que se han cometido», precisó. Aclaró, además, que la acusación la ejercen las sociedades Tenedora e Inmobiliaria, propietarias de la colección de arte y del edificio del Guggenheim, respectivamente.

Ahora, el juez instructor deberá evaluar la documentación aportada al caso por ambas partes para, finalmente, resolver si existe o no caso penal.

EXPECTACIÓN

La llegada de Roberto Cearsolo al Palacio de Justicia y su toma de declaración despertó ayer gran expectación mediática: cerca de 40 periodistas se dieron cita en la sede judicial. Pero el ex director financiero no pudo ser fotografiado hasta bien entrada la tarde, momento en el que salió.

BBK reconoce que se produjo una «actuación incorrecta»

El mismo día en que el director general del Museo Guggenheim, Juan Ignacio Vidarte, acusó a la BBK de haber facilitado a Roberto Cearsolo, ex director financiero del Museo Guggenheim y único imputado en el desfalco de casi medio millón de euros, el acceso a las cuentas que la pinacoteca bilbaina posee en esta entidad financiera, la BBK reconoció que fue una «actuación incorrecta y no habitual» que, desde la entidad, se entregará a Cearsolo, sin autorización, las claves de las cuentas de la sociedad Tenedora.

Por su parte, fuentes de la caja citadas por Europa Press culparon al ex director financiero de haber ejercido un «abuso de confianza» hacia el empleado de la BBK que le dio las claves y al que se ha abierto un expediente, confirmaron.

De esta manera, BBK se refirió a la comparecencia de Vidarte, en el Parlamento de Gasteiz, el pasado lunes, donde achacó a un «error» de la BBK el hecho de que Cearsolo dispusiera, «sin tener autorización» de una clave para acceder a las cuentas vía telemática.

Responsables de la entidad financiera explicaron que, hace unos días, descubrieron que desde BBK se había dado en 2004 la clave de las cuentas de la sociedad Tenedora al ex director financiero de la pinacoteca bilbaina sin que éste contase con la autorización necesaria para ello, algo que calificaron de «actuación incorrecta».

No obstante, BBK quiso aclarar que este procedimiento no es el habitual. «No es en absoluto lo normal dar las claves de cuentas a nadie si no se dispone de un poder para ello», aseguraron dichas fuentes. En este sentido, la entidad financiera afirmó que lo que se produjo es un «abuso de confianza» por parte de Cearsolo hacia el empleado de la caja. «Hay que tener en cuenta que Cearsolo era el director financiero del Museo, que llevaba desempeñando ese cargo de máxima confianza en el Museo desde el comienzo de su actividad y era, en cierto modo, la cara financiera del Museo para la caja, para nuestro compañero con el que operaba», puntualizaron.

Asimismo, BBK indicó que lo habitual suele ser que sean los directores financieros las personas con autorización para las operaciones habituales de su cargo.

En el caso de Cearsolo, desde la entidad señalaron que tenía autorización para las claves de la cuenta de la Fundación y que era en las cuentas de la sociedad Tenedora donde no contaba con autorización, por lo que se le dieron las claves de acceso cuando las solicitó.

BBK reconoció que hubo una actuación «incorrecta» al no comprobar el empleado si Cearsolo contaba o no con la autorización precisa. No obstante, la caja descartó que el trabajador pudiera estar implicado en este caso o «haberse confabulado» con el ex director financiero del museo.

Junto al expediente interno abierto a este empleado de la caja, BBK indicó que ha puesto en marcha auditorías, tanto internas como externas, sobre los movimientos de las cuentas del Museo Guggenheim. Asimismo, indicó que, desde que se destapó este caso, BBK está colaborando con la pinacoteca. GARA

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