En «Fuera de lugar», una serie con estilo incierto que emite la primera estatal se produce un encuentro entre dos actrices que son en la vida real madre e hija, y que en la trama audiovisual comparten muchos minutos de pantalla. Es un dueto de alta calidad interpretativa. Esa cosa intangible que llamamos química se logra de una manera inmediata, de tal manera que atravesando guión, cámaras y pantallas, recibimos su influencia, en este caos positiva, porque existe verdad en esas interpretaciones.

Este tipo de duetos se produce en muchas otras de nuestras constantes televisivas, y en OT están en la fase en la que se concursa de dos en dos para lograr un poco más de consistencia a las actuaciones, como si siempre fuese una suma el colocar a dos personalidades juntas en el mismo terreno audiovisual. Lo cierto es que no siempre se suma. Aunque en el concurso musical, lo que interesa en estos momentos a las audiencias es saber el desarrollo del conflicto entre los egos de Javier Vázquez y Risto Mejide, y la importancia que los responsables del guión y de la tensión emocional en el programa le den a cada uno de estos dos figuras. Mi veredicto es claro, Jesús es verdad televisiva, es un tipo reconocible y Risto es una careta, una pose, un impostor de sí mismo. Uno tiene al público, la historia y la sensibilidad a su lado, el otro solamente tiene la ambición y su morro infinito para intentar hacerse un hueco. Pero es cierto que entre ambos han colapsado el programa, o quizás sería mejor reconocer que vista la materia prima tan poco servible, los productores han creado un dueto en contradicción.

Claro que en un día televisivo que amanece con la noticia preponderante de que hay un coche bomba, un muerto y varios heridos, los duetos políticos, los coros, las proclamas y las sensaciones amargas se reproducen de manera constante. De nuevo la realidad, el dolor, el conflicto en su máxima crueldad. Pocas bromas se pueden hacer ante estos hechos, solamente tragar saliva, recapacitar y seguir atentos a nuestras pantallas por si acaso aparece la luz por alguna esquina. De momento huele a azufre y hay demasiada niebla. Sobran muchas palabras paliativas.