Maite SOROA
Ya apareció la mano peluda
Al final, María San Gil no ha soportado la presión de su propio ambiente y ha hecho mutis por el foro para dejar paso a quien ya se adivinaba como la mano peluda que movía el txotxongilo: Mayor Oreja. El que ha abierto una batalla descarnizada en la que Mayor Oreja y Esperanza Aguirre emularían a Daoiz y Velarde y Rajoy a los mamelucos que pintó Goya.
Para aclararse una en medio del fragor y los navajazos recurrió ayer a la última pieza de Ildefonso Ussía en «La Razón». Ahí todo quedaba medio claro. Y Ussía -que escribía el artículo en forma de carta de amor a San Gil- soltaba prendas como la que sigue: «Desde que se fundó, uniendo las ruinas de Alianza Popular y de la UCD el actual Partido Popular, tú has sido su referencia fundamental. Ni Fraga, ni Hernández Mancha, ni Aznar, ni Rajoy». A partir de ahí, lo que diga San Gil va a misa, claro.
Tan claro es el asunto que no se cortaba un pelo Ussía en proclamar a los cuatro vientos que «gracias a ti y a tu ejemplo, otras mujeres, tan valientes y claras como tú -Regina Otaola es la referencia-, han seguido tu mismo rumbo y camino. Y gracias a los `populares' vascos, el resto de los españoles sabemos que España está permanentemente establecida en una tierra bellísima que siempre ha sido española». ¡Ole, ole y ole!
Y ahora, las puñaladas con las tijeras de coser: «Después de todo eso, Mariano Rajoy ha intentado engañarte. Es duro leerlo, y más escribirlo, pero es así. Te han puesto a discutir y elaborar el futuro del Partido Popular con unos penenes que no han tenido otro mérito, mientras tú te jugabas la vida por la libertad de todos los españoles, que ir ascendiendo poco a poco por la escalera de la mediocridad. Quien se rodea de mediocres no sirve. Quien permite que lo mejor de su partido político se despida de las responsabilidades diarias, no sirve. Quien no valora el inconmensurable trabajo de personas como tú, no sirve». Ya sabe Mariano el camino a su Galicia natal.
La sentencia está escrita al final y será el argumento que esgriman los Daoizes y Velardes de este tumulto: «Rajoy, sus penenes y sus arriolas están llevando al Partido Popular a un laberinto de despropósitos. Pero tú no puedes marcharte. El que resiste, gana». Habrá que sentarse a ver qué pasa en esa casa.