Esta «afrenta», según el término utilizado por el diario de derecha «Le Figaro», coincide con el intento del impopular Sarkozy de retomar la iniciativa con la reforma de las instituciones, uno de los pilares de su exitoso programa electoral.

Pero tampoco en este asunto tiene el apoyo unánime de la derecha. La Comisión de Exteriores de la Asamblea Nacional rechazó el martes el texto. Un grupo de diputados de la UMP ha hecho causa común con la izquierda y recela de una reforma que permitirá al presidente dirigirse a ambas cámaras, lo que interpretan como un desprecio a la separación de poderes.

Pese a que la UMP tiene la mayoría absoluta, la Asamblea Nacional aprobó asimismo por 136 votos a favor y 135 en contra una moción procedimental contra el proyecto de ley sobre los OGM (transgénicos) presentada por un diputado del PCF. El proyecto de ley pretende autorizar y reglamentar el cultivo de transgénicos -anulando la moratoria vigente en el Estado francés- instaurando un delito específico de contra actos de sabotaje punible con dos años de cárcel.

Pese a que muchos diputados de la UMP estaban presentes, la oposición logró tumbar con sus votos este primer intento.

Presionado personalmente, el líder parlamentario de la UMP, Jean-François Copé, justificó el desastre hablando de un «accidente momentáneo».

Sarkozy insiste en que volverá a presentar el texto, pese a las crecientes señales de rebelión en el seno de su mayoría.

El jefe de filas del PS en el Parlamento, Jean-Marc Ayrault, le ha advertido de que sería «una mala señal en vísperas de un nuevo debate (el próximo martes) sobre la reforma institucional. Esta precisa de 3/5 partes de las dos cámaras, lo que convierte al PS en imprescindible.