Estar más de 100 semanas en el Top-1 de la WTA ha saciado el hambre de victorias de una Justin Henin cuando su dominio en el cuadro femenino es más incuestionable que nunca. Con sólo 25 años, la tenista de Lieja se ha cansado de ganar y ayer anunció su retirada «cansada» de todo lo que supone mantenerse en en la elite mundial.

«Desde los cinco años sólo he vivido para esto», afirmó Justin Henin en una conferencia de prensa en su club de tenis de Limelette, acompañada de su entrenador, el argentino Carlos Rodríguez, en la que manifestó el «alivio» que sentía tras haber tomado una decisión sobre la que «he reflexionado mucho».

Justine Henin completó en 2007 una temporada de ensueño, con un récord de ganancias -más de 5 millones de dólares-, y diez títulos, entre ellos dos Gran Slam -Roland Garros y Open de EEUU- y el Masters Femenino, pero según reconoció, «en los últimos meses no conseguía igualar mi nivel habitual y la retirada me pareció de repente como una evidencia».

Henin, como la flamenca Clijsters, con la que tuvo una rivalidad más allá de lo deportivo, son otros dos ejemplos de genios precoces cuya vida pasa demasiado deprisa. Con sólo 25 años, Henin ha dominado el tenis mundial, ha pasado el mal trago de un divorcio y de perder a su madre y ahora siente que «empieza la mejor parte de mi vida».