Ibarretxe quiso comparecer como un lehendakari con iniciativa para avanzar hacia una solución tras el atentado mortal de Legutio. En una rueda de prensa urgente en Lehendakaritza, insistió en la idea de que «ETA sobra y estorba» para admitir a continuación que la sociedad reclama movimientos. «Hoy, más que nunca, exige a quienes podamos hacerlo que hagamos cosas, que arriesguemos y que busquemos soluciones».

En esta línea, propuso «trabajar para acabar con la violencia y llegar a acuerdos políticos. Hay que dar a la sociedad lo que reclama: la paz, el acuerdo, el diálogo». «Quienes podemos hacerlo, hagámoslo», enfatizó.

Su mensaje central fue dirigido a denunciar la lucha armada: «En Euskadi, en Europa y en el mundo, sólo las vías civiles, políticas y democráticas sirven para realizar reivindicaciones», indicó antes de añadir que «la violencia sólo genera odio y da paso a las venganzas».

Se quejó además de que «la imagen que la violencia de ETA traslada al mundo es falsa y está alejada de la realidad». Y acusó también a la organización armada de ser «el principal obstáculo para que el pueblo vasco haga su futuro», como es norma desde hace tiempo en los mensajes de Lakua posteriores a cada acción de ETA.

En similares términos se expresaron las formaciones del tripartito de Lakua. El presidente del PNV en Bizkaia, Andoni Ortuzar, añadió que para los jeltzales «la izquierda abertzale no puede permanecer muda, y la colaboración con ellos va a ser imposible», reflexión que hizo en un contexto en que los jeltzales están actuando para desalojar a ANV de las alcaldías.

Patxi Zabaleta, coordinador de Aralar, dijo que la explosión «no va sólo contra la convivencia, sino también contra los objetivos políticos de la izquierda abertzale». Y ELA emuló a Ibarretxe al afirmar que ETA «sobra y estorba porque rompe las bases de la convivencia».