La capacidad organizativa de los gaztetxes y, más concretamente, la de Kukutza, quedó más que constatada durante la plasmación de Euskal Herriko Gaztetxe Eguna, el día de los gaztetxes de Euskal Herria celebrado bajo el lema ``Hamar urte, hamaika matxinada'', en referencia a las iniciativas desarrolladas con motivo del 10º aniversario de la ocupación de Kukutza.

Los actos se iniciaron a las 11.00 de la mañana y se prolongaron hasta el final del día en un total de cinco áreas: el propio gaztetxe Kukutza, la plaza, la cancha de futbito habilitada para los hinchables y talleres de los pequeños, la zona de bares y el espacio expositivo situado bajo el puente de la autopista. Esta distribución supuso que todo el barrio de Rekalde viviera la iniciativa, toda vez que la fiesta tiñó de alegría y actividad este barrio bilbaino.

Tras el cava de la bienvenida, Txan Magoa ofreció en el gaztetxe su magia. Media hora antes ya se había abierto el área de la cancha de futbito con la presencia estelar de Gargantúa e hinchables, música, un espectacular rocódromo, talleres de zancos, maquillaje, pintura y el de grafía amazigh o berebere.

Hubo asimismo gigantes, teatro de calle, malabares y zanpantzar y fueron cientos los niños que tomaron parte de diversas maneras en Euskal Herriko Gaztetxe Eguna. La música y el buen ambiente se iban haciendo sitio paulatinamente, tanto en las tabernas situadas junto a la cancha de futbito como en el otro lado de la calle Gordoniz.

Pantxoa eta Peio

Uno de los momentos más entrañables llegó de la mano de Pantxoa eta Peio y su grupo -Mixel Ducau entre ellos- que recorrieron en el escenario central sus nuevas y clásicas creaciones, finalizando con ``Batasuna'' coreada por quienes llenaban la plaza.

Ya para entonces, coincidiendo con unas gotas que no llegaron a convertirse en lluvia, se empezaron a desmontar los estands con material como camisetas, libros, documentos, plantas que se habían mantenido durante toda la mañana en Lurra Gunea.

Las barras comenzaron entonces a poblarse, destacando los vasos azules y rojos que no había que despistar para beber y que con muy bien criterio sustituyeron a los tradicionales festivos de plástico que tanta basura generan. En la plaza se habilitó el comedor para cientos de personas que degustaron paella y vino a cinco euros, así como el txotx popular.

Los bertsolaris se hicieron con el protagonismo en la sobremesa, y la dantza y Koblakari, en el gaztetxe, dieron paso al concierto de la noche.