D. VOLVOGRADO 27

ITXAKO 25

Volvogrado recibió a la expedición navarra con tiempo primaveral y el termómetro alcanzó temperaturas de 25 grados mientras por la noche también se libraron de las famosas gélidas noches rusas puesto que el mercurio no descendió de los 13. Más frío hizo en Iruñea, aunque también en las gradas del pabellón Dinamo con capacidad para albergar a 1.500 espectadores pero que ayer no alcanzó los 1.000 para beneficio del conjunto navarro. Tampoco el público local fue especialmente entusiasta, aunque no Oleg Grevened, un pivote de 2,08 metros y ex compañero de Ambros Martín, el entrenador del conjunto navarro, en el Gáldar de Gran Canaria hace ya unos cuantos años que se pasó a saludar al técnico y tras efusivos abrazos no quiso perderse el encuentro.

Fue un buen augurio porque Itxako se jugará el título de la Copa EHF el sábado en casa tras obtener un buen resultado en la ida de la final europea (27-25).

Itxako jugó con el hándicap de disponer de una sola portera por la lesión de la rumana Ildiko Barbu, si bien Silvia Navarro fue una de las destacadas del equipo bajo palos, con cinco penaltis parados, cuatro de ellos vitales en la segunda parte.

Al conjunto lizartarra le costó diez minutos meterse en faena, pero tras ajustar la defensa consiguió ponerse por delante en el marcador (10-12, m.25), aunque las rusas se rehicieron al explotar el arma del contraataque.

De esta forma, el Volvogrado se marchó al descanso con dos goles de renta (15-13), lo que les sirvió para salir con gran motivación en la reanudación y aprovechar unos minutos de desconcierto de Itxako e irse arriba con seis goles de ventaja (24-18, m.45). A falta de diez minutos para la conclusión el equipo amarillo perdía por cinco goles, pero Navarro lo rearmó con cuatro penaltis parados de forma consecutiva, lo que unido a la aportación anotadora de Negrín y Deonisse, y a la dirección de Barnó, permitió al Itxako ceder únicamente por dos goles y dejar la final abierta para la vuelta. Salvo los minutos tontos la solidaridad defensiva en las ayudas, la aportación de Navarro, la capacidad ilimitada de Barnó, el brazo de Fachinello, la brega de Negrín y el concepto de equipo fue lo mejor.

Una vuelta interminable

Lo peor fue para Nely Carla, que conoció uno de los hospitales de la ciudad puesto que se produjo una fisura en el talón y tuvo que ser escayolada en el pie derecho sobre todo pensando en el viaje. Les espera un regreso agotador, con 24 horas entre aeropuertos, escalas y vuelos, con la llegada a Madrid prevista para la medianoche del lunes y luego a casa, tras las correspondientes horas de autocar, sobre las cinco de la madrugada del martes.

La donostiarra causará baja el sábado en Lizarrerria, que promete un ambiente espectacular teniendo en cuenta que la localidad navarra está viviendo con enorme ilusión el mejor momento de su equipo de balonmano y se ha engalanado para la ocasión vistiendo de amarillo balcones y establecimientos.