Los Dardenne buscan su tercera Palma de Oro con una nueva película social
Tal y como acostumbran, los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne han presentado en Cannes un filme, «Le silence de Lorna», duro y comprometido socialmente, aunque menos extremo que sus anteriores trabajos. Cuentan la historia de Lorna, Arta Dobroshi, una inmigrante albanesa en Bélgica que «colabora» con un tipo poco recomendable que organiza matrimonios de conveniencia para conseguir la nacionalidad y dinero para abrir un restaurante.
Alicia GARCÍA DE FRANCISCO | CANNES
Los hermanos belgas Jean-Pierre y Luc Dardenne presentaron ayer en competición en Cannes «Le silence de Lorna», una película tan dura y comprometida socialmente como nos tienen habituados, pero menos extrema en su tratamiento formal, que fue bien acogida en su primera proyección.
Cuentan la historia de Lorna (una soberbia Arta Dobroshi), una inmigrante albanesa en Bélgica, que «colabora» con un tipo poco recomendable que organiza matrimonios por conveniencia, primero para conseguir la nacionalidad y luego por dinero para abrir un restaurante. Contada a través de los silencios de Lorna, las imágenes muestran de forma muy realista -como suelen hacer los hermanos Dardenne- la forma de supervivencia de la mujer, las miserias del drogadicto con el que se ha casado y sus dilemas morales.
Soledad
No necesitan entrar en lo sórdido para mostrar la vida de este grupo de personas, a cada cual más solitaria. Y a mostrar esa desesperanza ayudan las localizaciones, en Lieja, con los típicos cafés belgas «anacrónicos», que parecen sacados de «mediados del siglo» pasado, como reconoció en rueda de prensa Luc. La elección de Lieja no es gratuita, como explicó Luc. En sus anteriores películas el escenario era un lugar cercano a esa ciudad, más pequeño y solitario, pero en esta ocasión querían «poner los secretos de Lorna en medio de la gente porque eso reforzaba ese silencio, lo hacía más inquietante e incluso más solitaria». También colabora a dar el ambiente que buscaban el cielo permanente gris que da una sensación de depresión permanente. Así, Lorna «es un ser humano con sus paradojas, sus silencios» y por ello el trabajo de cámara ha sido en este filme «mucho más tranquilo» que en trabajos anteriores. La actriz Arta Dobroshi (kosovar), que aprendió a hablar francés en dos meses para interpretar el papel, señaló que conoce a personas de los Balcanes con historias similares a las de Lorna, que es simplemente «un ser humano que trata de sobrevivir y que podría ser de España, Bélgica, Kosovo o cualquier otro sitio».
Por su parte, Alban Ukaj, su novio en la pantalla y también kosovar, destacó que para preparar su papel tiró de sus propias experiencias, de la época de la guerra de Kosovo. «Lo peor que te puede pasar cuando vienes de un país pobre o en guerra es la humillación», dijo al explicar el carácter de su personaje.
Con esta película los hermanos Dardenne aspiran a su tercera Palma de Oro en Cannes, lo que sería histórico, ya que nadie lo ha conseguido antes. Ellos la obtuvieron en 1999 por «Rosetta» y en 2005 por «L'Enfant».
El cineasta portugués Manuel Oliveira celebró ayer su 100 aniversario y recibió la Palma de Oro por toda su carrera, en una ceremonia en la que el público del Gran Teatro Lumière de Cannes se puso en pie tres veces para ovacionarle. La primera de ellas fue para recibir al artista en el escenario, tras el estreno del cortometraje «Un jour dans la vie de Manoël de Oliveira», realizado por el presidente del Festival, Gilles Jacob.
A sus casi cien años, que cumplirá el próximo 11 de diciembre, contó algunas anécdotas, como la «pequeña confidencia» de que «creció a lo largo del siglo con el cine», pero «hoy se que fue el cine el que me hizo crecer». GARA