«Este niño busca una familia acogedora-Neskato honek familia harrera behar du», es el lema de la campaña emprendida por el Departamento vizcaino de Acción Social para evitar el ingreso de menores en centros asistenciales, disponiendo para ello de familias que estén interesados en acogerlos en su seno.

El acogimiento familiar otorga la guarda de los menores a una persona o a un núcleo familiar con la obligación de velar por él, tenerle en su compañía, atenderle, alimentarle, cuidarle y procurarle una formación integral durante el tiempo que sea necesario, como si fuera un hijo propio pero sabiendo que no lo es. Alberto Rodríguez -de Agintzari, la entidad colaboradora que gestiona este servicio foral- subrayó que los interesados deben conocer que «es duro, pues hay que ser consciente de que después de un tiempo el niño o la niña nos van a dejar»; tienen que tener claro que el objetivo no es la adopción.

La duración depende tanto de las necesidades específicas de cada niño, como del tiempo que sus padres necesitan para solucionar los problemas que originaron que éste tuviera que salir de casa. «No hay dos acogimientos iguales, por lo que es necesario buscar la modalidad de acogida más apropiada para cada niño o niña», puntualizan.

Por ello, los interesados deben realizar un proceso de valoración y preparación de los candidatos, de cara a que sean conscientes de la responsabilidad que asumen con la atención y crianza de los menores. Rodríguez aclara que técnicos efectúan un seguimiento y dan apoyo a las familias antes y después.

En Bizkaia hay 381 menores en acogimiento familiar, aunque tres de cada cuatro están con abuelos, tíos u otros allegados. Otros 60 niños y niñas conviven con medio centenar de familias de acogida con las que no tenían ningún vínculo previo y otras ocho están pendientes, ya que las necesidades de los menores que aguardan no encajan con sus características; especialmente porque son hermanos y tienen que ir juntos.

La urgencia en esta campaña 2008 son familias y personas dispuestas a acoger a menores de seis años, entre los que se encuentran dos bebés que necesitan ser acogidos por un periodo de aproximadamente un año. Tres bebés tuvieron que esperar el año pasado más de 6 meses en un centro de acogida; este año son dos.

Desde la Diputación vizcaina, en concreto desde el Servicio de Infancia, se aclara que aunque cuentan con centros y hogares de acogida preparados para su atención, «las consecuencias de esta espera pueden ser determinantes en su crecimiento o desarrollo. Vivir en una familia de acogida con esta edad -remarcaron- es garantía de un futuro mejor».

«Sería un gran paso en la protección a la infancia de Bizkaia lograr que ningún niño o niña menor de 3 años tenga que vivir en un centro de acogida cuando debe ser separado de sus padres», destacó ayer el responsable de Acción Social, el jeltzale Juan María Aburto, en la rueda de prensa para informar de la iniciativa.

Hay también pendientes de serles asignados una familia seis niños y niñas con menos de 7 años cuya estancia será de larga duración; es decir mayor de dos años. Además, esperan dos parejas de dos hermanos con menos de 7 años y que necesitan ser acogidos juntos para evitar su separación. Otros cinco niños y niñas con problemas de salud, minusvalías o de conducta también aguardan; aunque sólo pueda ser los fines de semana y periodos vacacionales.