El proceso congresual del PSN, que concluirá el último fin de semana de junio con la elección de una nueva dirección, se puso en marcha anoche en la Asamblea Local de Iruñea. Sus militantes se reunieron en el Paseo de Sarasate para debatir y para elegir a los delegados que les representarán en el Congreso. En la votación se confrontaron dos listas: la del candidato oficial, Roberto Jiménez, y la liderada por el crítico Angel García Undiano y la aspirante a la Secretaría General del partido Amanda Acedo. El resultado fue claro en favor de los oficialistas, apoyados por Ferraz: 248 votos frente a 115. Ello supone que Jiménez tiene ya en el bolsillo a los 36 primeros delegados para el Con- greso, mientras Acedo se queda sólo con 17.

Este primer envite sirvió para constatar con quién se alinean los primeros espadas del partido. Junto a Jiménez se ubicaron cargos electos como el diputado Juan Moscoso y la concejal Maite Esporrín e históricos como Javier Iturbe y Jorge Mori. Además, el cabeza de lista en Iruñea, Javier Torrens, le dio su apoyo público previamente argumentando que «ya ha habido demasiada sangre en el partido» y que apoyar a los críticos ahondaría en las divergencias.

Más significativos aún fueron los alineamientos con Acedo, ya que entre ellos se confirmó la presencia del ex secretario general Juan José Lizarbe y del último cabeza de lista al Parlamento navarro, Fernando Puras, que dimitió tras ordenar Ferraz dar el Gobierno a UPN. En este bloque aparecen también Ainhoa Aznárez, María Asun Apesteguía o Javier Remírez.

Horas antes de esta primera votación, Roberto Jiménez incidió en el mensaje de que quiere todo el poder y no ve posible llegar a algún entendimiento que posibilite una dirección mixta.

En una rueda de prensa celebrada por la mañana, el candidato oficial argumentó que el PSN necesita ser dirigido por «un equipo fuerte» y no «basado en apaños o en cuotas».

En esta línea, el portavoz parlamentario apuesta por reducir sensiblemente el número de miembros de la Ejecutiva Regional, que asciende ahora a 33, para ganar en cohesión.

Jiménez juega la baza de que todos los militantes que recelen de las divisiones internas terminen decantándose por él. Y esta estrategia ya le ha dado frutos, como muestran las declaraciones de Torrens.