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Manuel F. Trillo Profesor de Derecho

Amnistía Internacional tiene la voz

Mi reclamación a AI para que tome en consideración el caso que se ventila en la AN contra Gestoras viene motivado por la urgencia de que concluya una resolución para defender a las personas enjuiciadas en el sumario 33/01, pues me temo que serán condenadas aplicando el derecho penal del enemigo

Y la palabra, también la palabra, que reclamaría Blas de Otero. Amnistía Internacional permite que la voz no se pierda en la maleza, y que las palabras no sean vanas ni huecas. En este tiempo, en todo tiempo, siempre, la voz de los «nadies» nunca ha llegado a oírse en las escalinatas de palacio, nunca son oídas por quienes dicen defender al «nadie» porque están vendidos a los intereses del poder político y económico. Admiro la valentía y la franqueza de AI, pues con todas las limitaciones y todas las discrepancias -sobre todo en el caso del preso De Juana Chaos- he de decir que es muy satisfactorio la tremenda y terrible denuncia que hace del Estado español en lo que toca a las torturas.

Esta actitud de AI y su postura contra las torturas en España es absolutamente loable, más aún cuando está en el candelero por la reciente decisión del Parlamento Vasco denunciando la existencia de tales prácticas por parte de la Policía y de la Guardia Civil. Esto ya no se puede negar, no se puede borrar, y no se puede eliminar de la historia reciente. Por eso Rubalcaba -el que calla sobre los crímenes de estado- ha saltado como una hiena sobre un elefante, y no se ha dado cuenta que el tema de la torturas es un elefante desbocado, y que los gobiernos a los que perteneció indultaron a torturadores convictos. La canallería de este sujeto -que llegué a tomar por persona inteligente, pero veo que sólo tiene la de un pillastre- no tiene límites, al afirmar que «aquí no se ampara nada, y mucho menos las torturas». Pues sí, Rubalcaba, se amparan incluso crímenes de estado juzgados y condenados en la máxima instancia judicial española. Se ampara la tortura cuando se indulta a los torturadores, y se ampara el crimen de estado cuando un general de la Guardia Civil se encuentra fuera de la cárcel habiendo sido condenado a más de 60 años de cárcel. Se ampara a nuestros criminales favoritos, eso es lo que debería de decir Rubalcaba.

Por eso la voz de AI es alta y clara cuando aborda estas cuestiones, y en este sentido he decir que a veces se pide más y más a los defensores de los derechos de la persona, llegando incluso a la descalificación gratuita. Cada cual, y esto es lo que uno aprende cada día, hace aquello para lo que tiene fuerza, aunque en ocasiones no parezca que hacen todo cuanto deben. Mi reclamación, mi exigencia si se quiere, a AI para que tome en consideración el caso que se ventila en la AN contra Gestoras Pro-Amnistía viene motivado por la necesaria urgencia de que su dirección regional para este lugar del planeta concluya al menor plazo de tiempo posible una resolución para defender a las personas enjuiciadas en el sumario 33/01, pues mucho me temo que los magistrados tienen ya diseñadas la líneas básicas de la sentencia y que serán condenados aplicando el derecho penal del enemigo.

Negar a estas alturas de la historia y del conocimiento de los hechos que en España se tortura y se encarcela sin juicio previo; que se censura; que se amenaza con años de cárcel; que se favorece la delación y la mentira procesal; que se aplica el Derecho penal del enemigo (G. Jacobs) a los independentistas vascos, a los republicanos que manifiestan su rechazo público a la monarquía, a los sindicalistas incómodos que no están dispuestos a comulgar con ruedas de molino, a los antifascistas que denuncian las agresiones a inmigrantes o a cualesquiera otros colectivos, incluso a los jóvenes universitarios opuestos al plan Bolonia... negar todo esto, decía, no es solo una memez, es un delito de lesa justicia, que aunque no esté penado no deja de ser por ello grave y muy perjudicial para la convivencia.

La voz de AI llega muy lejos, más lejos que la mía y que la de miles de personas individualmente. Por eso es una alegría ver que en su artículo en GARA (2008-05-15) aclara sin ambages que «Amnistía Internacional pone de relieve la insuficiencia, ineficacia y falta de imparcialidad y exhaustividad de los mecanismos internos y judiciales para investigar tales violaciones de derechos humanos (en España)». Y si a alguien le cupiera alguna duda -quizás Garzón acabe llamando declarar a miembros de AI dentro del «todo es ETA»- he aquí una conclusión rotunda: «Amnistía Internacional continúa investigando y planteando motivos de preocupación en torno a cuestiones de derechos humanos relevantes para el País Vasco».

Por mi parte, quiero decir que la respuesta de AI es tan correcta desde todos los puntos de vista, que sólo espero que nadie venga a intervenir de manera torticera desde dentro de la organización -aún recuerdo a Laborda, que fue presidente del Senado, cómo hace años quiso imponer su criterio como miembro y en su condición de político castellano y socialista- para abortar una conclusión negativa para el Estado español-. No lo consiguió Laborda ni otros en aquel momento. Por ello aún tengo confianza en que un «tribunal» y una «tribuna» como AI ayude a recuperar los derechos civiles y políticos en Euskal Herria.

Por último doy las gracias por su respuesta a Nicola Duckworth, directora del programa regional para Europa y Asia Central de AI. Pues de bien nacido es ser agradecido dicen en esta tierra. Dirigirse a los magistrados de la AN es una estupidez muy grande, me temo, pues su labor consiste en aplicar los principios penales que ya estaban en uso durante el período nazi en Alemania (el derecho penal de la voluntad). Pero si hubiera un alma jurídica en ese tribunal, debiera de levantarse en defensa del Derecho, de un Derecho penal objetivo, y restablecer así -aunque sólo sea en parte- el estado de derecho al que tan indecentemente apelan Rubalcaba y Zapatero. Gracias Nicola porque aún tenemos la esperanza de que consigamos algo justo en este territorio de hienas.

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