Una mágica combinación de caballos en libertad, susurradores y artistas. Una perfecta armonía entre las artes ecuestres y las escénicas. Cavalia es, según inciden sus creadores, «un sueño de libertad». Fundado por uno de los creadores del Cirque du Soleil, Normand Latourelle, este espectáculo de más de dos horas, donde se combinan espectactulares acrobacias con jinetes y música, sumerge al público en un encuentro entre el hombre y el caballo. El próximo martes se instalará a Bilbo y, tras de sí, los 37 artistas y los más de sesenta caballos traerán más de mil espectáculos a la espalda, realizados en Canadá, Estados Unidos y diferentes lugares de Europa.

Cavalia no nació con objetivos tan espectaculares, por lo que el equipo lo formaban, en sus orígenes, la mitad de artistas y caballos y pretendía realizar una gira de tres años, a lo sumo. El hecho de que ya lleven cinco años recorriendo el mundo y que el equipo haya doblado sus componentes, sin embargo, les hacen pronosticar una vida aún larga. Algo debió intuir Normand Latourelle cuando hace una década llevaba a cabo un espectáculo en Montreal, donde actuaban más de cien artistas. Aún y todo, según explica Gabriela Pauze, del equipo de Cavalia, había un momento en el que salía un único caballo. «El público no miraba el juego de las decenas de artistas que estaban en ese momento en el escenario. ¡Miraban al caballo!», describe sorprendida. De ahí, surgió la idea de hacer un espectáculo que mezclara las disciplinas ecuestres y escénicas. A través de esta unión, Cavalia describe toda la relación del ser humano y este místico animal, desde las primeras pinturas que se conocen al sur del Estado francés. Una historia que hace tambalear el dicho popular sobre que el mejor amigo del hombre es el perro.

Para que los caballos actúen, los adiestradores Frédéric Pignon y Magali Delgado tienen una fórmula: «Un planteamiento que además de ser etológico, es decir, que se basa en el estudio del comportamiento de los animales en su hábitat natural, está marcado por la amabilidad y la complicidad». Tal y como explica orgullosa Gabriela Pauze, no trabajan con la coacción; ellos apoyan la persuasión en el esfuerzo positivo. Más allá de la relación con los animales, un espectáculo formado por más de sesenta caballos genera cifras curiosas y frases del tipo «¿cómo se mete un caballo en un avión?» dejan de ser un chiste. Así, Cavalia tiene un equipo de veinte profesionales con dedicación exclusiva al cuidado de los animales. Un espectáculo, al fin y al cabo, mágico; que no deja indiferente.