El mes que viene Sidney Lumet cumple 84 años, lo que no le impide ser uno de los cineastas norteamericanos que atraviesa por un mejor momento. Está en racha, después de sorprender con la brillante comedia judicial «Declaradme culpable» y anunciar nuevos proyectos, que le hacen sentirse pletórico. La crítica se ha rendido ante su última realización, también el sector más moderno, que reconoce que ha superado a Tarantino en su propio terreno. El abuelo se marca un thriller a la moda, con saltos temporales que fragmentan la acción e imprimen complejidad dramática a un argumento de cine negro. Lo que empieza siendo la crónica de un atraco imperfecto termina convirtiéndose en una tragedia contemporánea sobre la desintegración familiar.

«Antes que el diablo sepa que has muerto» se sustenta en un trío interpretativo sin fisuras, con Philip Seymour Hoffman y Ethan Hawke metidos en la piel de dos hermanos que se enfrentan al padre más terrible que pueda imaginarse, ya que quien asume el papel del cabeza de familia es Albert Finney. El plan de los hermanos no puede salir bien, sencillamente porque no son profesionales del robo y actúan movidos por la desesperación. Ambos comparten deudas por diferentes motivos, bien por adicciones varias, bien por tener que correr con los gastos de un divorcio. El caso es que dan con la solución que tienen más a mano: atracar la joyería de sus padres. Pero siempre hay algo que falla, o alguien que les traiciona en el último momento. La peripecia personal de los protagonistas se verá abocada a un desarrollo caótico, siguiendo los dictados de la ley de Murphy, que permite al maestro Sidney Lumet exhibir sus dotes de zorro viejo para celebrar una ceremonia de la confusión perfectamente orquestada.