De pequeñas e infinitas soledades
«Cosmos»
M.I. | DONOSTIA
La ópera prima de Diego Fandos se presentó en el Zinemaldia dentro de Zabaltegi. El de Lerín dice estar influenciado por la literatura y el cine centroeuropeos, y de ahí que su película pase por una rareza. Pese a la inmensidad conceptual del título, de lo que habla es de las pequeñas soledades que se pueden encontrar en una ciudad de provincias como Donostia. Oihana Maritorena, Barea y Elorriaga conforman un triángulo de afinidades, identificado con el cosmonauta que quedó abandonado en la estación MIR cuando la URSS desapareció. Son personas que, a pesar de vivir rodeadas de gente, se sienten solas. Se trata de un drama espiritual con ángel incluido, a la manera de las películas berlinesas de Wenders.