Fuera del paraíso
«Sehnsucht»
La nueva realizadora alemana Valeska Grisebach ha triunfado en el circuito de festivales internacionales con una película de estilo contemplativo, que se suma a la actual tendencia no narrativa en el cine de autor, en clara sintonía con películas como «Luz silenciosa», del mexicano Carlos Reygadas. En el Festival de Gijón ganó el Premio de Mejor Película y el FIPRESCI de la crítica, obteniendo el Premio del Jurado en el BAFICI de Buenos Aires, sin olvidar el máximo galardón del Festival de Angers. Puede que sean certámenes de cine minoritario, pero son demasiadas coincidencias como para dudar del reconocimiento obtenido por esta crónica naturalista de una ruptura sentimental.
Para Valeska Grisebach el contexto prima sobre cualquier opción personal, por lo que habría que hablar de un marcado condicionamiento social. Para su cámara lo que rodea a la pareja protagonista es más importante que sus propios sentimientos, al fin y al cabo supeditados a las circunstancias externas. Forman una pareja ideal en una pequeña y cerrada comunidad, a la que ella contribuye cantando en el coro parroquial y él, fuera de las horas de trabajo, colaborando como voluntario en el cuerpo de bomberos. Será, precisamente, en una fiesta del parque de bomberos, donde nuestro modélico esposo y padre de familia, pierda el control bajo los efectos del alcohol y acabe cometiendo una infidelidad. Puede que sea un pequeño desliz, aunque suficiente para que el orden de su hasta entonces feliz convivencia se vea alterado profundamente. Los paraísos, también en este pueblecito no muy alejado de Berlín, tienen sus reglas de obligado cumplimiento y, si no se respetan, la consecuencia puede suponer la expulsión de ese trozo de cielo en la tierra. Hay quien ha traducido el título alemán como «nostalgia», en relación a la referida pérdida, pero otros consideran más preciso el término «deseo», que sería el detonante del drama que sigue a la relación extramatrimonial.