Patxi López presentó ayer su «Propuesta para el diálogo y la convivencia en Euskadi» e intentó hacerlo con cierta solemnidad y confrontándolo con la hoja de ruta del lehendakari. Lo que mejor puede resumir su oferta es el deseo de volver a «la Euskadi de Ardanza y Jáuregui»

Está claro que la estrategia electoral del PSE pasa por evitar la confrontación directa con el PNV y hacer guiños a los sectores que añoran «la Euskadi del consenso político» y la gestión. «No estamos en el tiempo del choque de trenes -dijo Patxi López-, sino en el tiempo de poner en marcha el tren de alta velocidad». Puede comprobarse la sintonía de mensajes con los que emite Zapatero.

Como adelantó en el BEC, López no está en el tiempo de Loiola, sino en el del Pacto de Ajuria Enea y el Estatuto de Gernika. Por eso, su propuesta se concreta en la unidad de «los partidos democráticos» contra «todo tipo de violencia terrorista» y en un acuerdo «trasversal» de reforma del marco con arreglo a las reglas de reforma estatutaria, incluido el referéndum final. Se comprometió, además, a defender dicho acuerdo, «con una sola voz», ante Madrid.

El lehendakari le respondió desde Bruselas que el Parlamento de Gasteiz aprobó una propuesta para el «blindaje» del Concierto con los votos de PSE y PP, y que ambos partidos se unieron el martes en el Congreso para votar en contra.