Revista de prensa
La euforia se fue apagando casi a la vez que el puro de Rubalcaba
Hace sólo siete días, tras el atentado de Legutio, el consejero Balza hablaba con alarma de la infraestructura de ETA. En la noche del martes, por contra, su homólogo Pérez Rubalcaba escenificaba su alegría en Dakar fumándose un puro ante los periodistas. Propagandas y lecturas ciclotímicas al margen, en los medios españoles imperaban ayer posiciones más realistas.
Ramón SOLA
Paradójicamente, eran dos viñetas humorísticas publicadas en la prensa de ayer las que ponían un punto de cordura, o cuando menos de perspectiva histórica, en el tratamiento mediático de la redada policial de Burdeos. En la de Toni Batllori en ``La Vanguardia'', dos personas mantienen el siguiente diálogo: «Me estaba preguntado... cuántas cúpulas etarras llevamos detenidas ya» «Mejor pregúntate -sugería su interlocutor- cuántas nos faltarán por detener». Y en ``El País'', Peridis pinta a Rubalcaba con capa y tricornio de guardia civil, acudiendo jocoso a dar la noticia a Zapatero: «¡Jefe, jefe! Hemos descabezado la serpiente». El presidente español levanta su dedo y le replica: «Ya sólo nos queda descabezar los huevos de la serpiente».
La prensa de ayer mostraba que la euforia inicial por la noticia de la operación policial se diluyó pronto. Duró más o menos lo mismo que el puro que, según ``El Mundo'', se fumó en Dakar el ministro de Interior español, Alfredo Pérez Rubalcaba, para celebrar los arrestos: «Rubalcaba festejó a sus anchas el éxito de la operación policial, fue brindando con unos y con otros», contaba su enviada especial al viaje del ministro. Añadía que la velada se prolongó «hasta las 3.30 de la madrugada (hora española), cuando el camarero, que discretamente había ido apagando las luces, les rogó entre bostezos que se fueran porque tenía que cerrar». El puro, por cierto, era «un cigarro normalito», según matizan.
El guiño de Rubalcaba a los periodistas en Senegal fue a tono con el despliegue general. La conexión casi en directo de la televisión pública estatal, con tres enviados especiales, reflejó el interés propagandístico del Ejecutivo espa- ñol. En la misma información de ``El Mundo'' se afirma que, tras el primer «telefonazo» que le comunicó las detenciones, «la segunda llamada a Rubalcaba fue de Zapatero (...): `Menos mal que esto se iba a anunciar mañana', vino a decirle, bromeando a propósito de la filtración de la noticia».
Varios tertulianos destacaban ayer que la Policía francesa también contribuyó al show al presentar con el rostro descubierto a Xabier López Peña -señalado por Rubalcaba como «la persona con más peso político y militar»- mientras tapaba simultáneamente el de los otros tres vascos detenidos. Y parece que el Gobierno español logró el eco esperado a tenor de los datos de ``El País'', que dice que la información batió «el récord» de entradas en su web. Pero la moneda tenía otra cara: también los detenidos aprovecharon para reclamar la independencia y denunciar el estado de excepción.
Sin embargo, cuando las cámaras se apagaron en Burdeos los analistas de cada diario, muchos con larga experiencia en este tipo de «éxitos» policiales, imponían lecturas más realistas, aunque hubiera que bajar a la letra pequeña para encontrarlas. Por ejemplo, en ``El País'' se apuntaba que al fin y al cabo «el descabezamiento militar ha seguido el ritmo de un jefe por año», como mostraba un cuadro de «principales detenciones de ETA» desde 1992. Por cierto, ayer la mayor parte pasó de equiparar la redada con la de Bidarte a compararla con otra más reciente, de 2004. Y ``El Correo'' añadía que lo del «número 1» no pasa de ser «un mito».
En la misma línea, ``El Diario Vasco'' recogía afirmaciones de portavoces de la Policía francesa que recalcaban que «la experiencia nos dice que se reorganizan». ``La Vanguardia'' indicaba que esta operación ha atacado sólo al «aparato político» pero que ETA «mantiene casi intacto el militar». Y ``El Mundo'' miraba ya al futuro con un titular que lo dice todo: «Quinielas sobre los sustitutos».
Sólo hace una semana, un portavoz más autorizado que todos ellos, el consejero de Interior de Lakua, Javier Balza, atribuía a ETA «un potente grupo de `legales' que sirve de base a los liberados de ETA» y añadía que «por todo el empeño que pongamos, costará desmantelar esa infraestructura».
Leer la evolución del conflicto en clave meramente policial conduce inevitablemente a este tipo de ciclotimias. Alberto Surio, en ``El Diario Vasco'', admitía que «resulta peligroso siempre especular con la debilidad o fortaleza de una organización terrorista». Sin embargo, en muchos medios eran precisamente las especulaciones y elucubraciones las que predominaban formando un abanico muy amplio, tan amplio como lo que va desde la alarma expresada por Balza hace apenas siete días hasta el puro de satisfacción que se fumó Rubalcaba en Dakar.
A media tarde de ayer, por cierto, la operación había desaparecido ya de las webs de ``El País'' o ``El Mundo''. No estaba entre sus diez primeras noticias.
Al hilo de la redada, Rubalcaba y Alliot-Marie anunciaron una «cumbre antiterrorista» en Donibane-Lohizune, aún sin fecha, del llamado G-6: Estado español, Estado francés, Gran Bretaña, Italia, Portugal y Polonia.
Tras los recelos sobre la versión oficial que expresaron la víspera el PNV y Lakua, Juan José Ibarretxe afirmó ayer que la operación «no puede ser motivo sino de satisfacción» y dijo que «no es momento de debates estériles».