LA JORNADA | Jaime Martínez Veloz 2008/5/23
Cuba: Bush, McCain y Obama
De modo reiterado, el presidente de Estados Unidos con mayor descrédito en su propio país, y con algunos puntos cercanos al retraso mental, George W. Bush, ha persistido en mantener el acoso contra el pueblo cubano bajo el ridículo pretexto de abogar por las libertades en esa nación, que ha soportado los embates terroristas financiados y apoyados desde las altas esferas del gobierno estadunidense durante casi medio siglo
La oligarquía de ese país se dice muy preocupada por las condiciones de vida estrechas en que los cubanos han debido salvaguardar su integridad y soberanía durante tanto tiempo, pero de manera simultánea ha hecho todo lo posible por destruir los muchos (pocos, dirán algunos) avances en materia de educación, salud, bienestar y dignidad de los cubanos, aspectos que constituyen los indicadores de desarrollo por los que la hipocresía estadunidense asegura cometer las atrocidades que perpetra.
No está por demás recordar que por mucho tiempo las sucesivas administraciones estadunidenses se han enfrascado en una criminal actividad terrorista para minar la moral del pueblo cubano, con el supuesto objetivo de «liberarlo». (...)
Muchos años antes de que se popularizara el concepto de armas de destrucción masiva, aplicado de manera hipócrita a los enemigos del imperio (el caso de Hussein es la mejor ilustración de ello), fueron los gobernantes estadunidenses quienes las empleaban contra la isla. De laboratorios militares estadunidenses en el Canal de Panamá salieron cultivos biológicos para contaminar las granjas porcinas, a fin de destruir el stock alimenticio de Cuba y reducir por hambre al pueblo. De lo que se trataba, entonces, era de castigar a los cubanos por apoyar la Revolución. En un contexto más general, ¿qué mejor prueba del uso de armas de destrucción masiva utilizadas por Estados Unidos que el bloqueo imperial económico contra Cuba?
(...) aunque las condiciones impuestas por los poderosos grupos de poder económico estadunidenses trataran de reducir la capacidad de maniobra del próximo presidente de ese país, lo cierto es que con los planteamientos del casi candidato demócrata Barack Obama la situación puede dar un giro para consolidar una relación estable entre ambos países. La reconstrucción de la relación de Estados Unidos con América Latina es una necesidad para nosotros y para los propios estadunidenses, ésta pasa forzosamente por la reconstrucción de la relación con Cuba. Ya John McCain, en un intento de desacreditar a Barack Obama, lo acusa de ser inexperto en asuntos internacionales, lo cual está por verse, pero lo cierto es que los republicanos, y en especial Bush, son expertos en llevar a sus pueblos a guerras perdidas.