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IPURUA

El Eibar confía en celebrar la fiesta de la tranquilidad

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Mes y medio después de superar al Alavés, el Eibar espera reencontrarse con el triunfo en Ipurua. Espera y, en cierta medida, también debe; de lo contrario, y aunque su situación clasificatoria no sea crítica a día de hoy, puede verse abocado a disputar unas jornadas finales de auténtico infarto.

La sensación de que éste es el «Día D» no es exclusiva de técnico y jugadores. Desde la afición, la jornada también llega marcada en rojo. Los peñistas azulgranas celebran hoy su día, con un montón de actos organizados desde primera hora de la mañana y que desembocarán en un estadio de Ipurua más animado que de costumbre. El objetivo es que el espíritu festivo aguante a las ocho de la tarde, señal de que los tres puntos, y la permanencia -aunque todavía no sea matemática- se habrán quedado en Eibar.

Tratará de impedirlo un Xerez en buena racha. Una sola derrota en nueve jornadas ha permitido al equipo andaluz salir de los puestos de descenso, en los que había permanecido casi toda la temporada, y acercarse a las cifras de la salvación con las botas de siete leguas.

Al Eibar le toca ponerle la zancadilla y lo intentará con un once en el que volverá a haber cambios. Raúl García ha superado sus problemas físicos y ayer entrenó -no fue el caso de Markel, que sigue lesionado-, aunque tras una semana prácticamente en blanco podría dejar su puesto a Manel.

En el centro del campo, Carmelo recuperará plaza en detrimento de Markel, mientras la incógnita se mantendrá hasta última hora en lo que respecta a otros dos puestos: Altuna y Natxo Insa se disputan la media punta y Yagüe y del Olmo la banda izquierda.

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